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En realidad un beso ¿qué expresa?
Un juramento cercano.
Una promesa sellada.

Hoseok se encontraba recibiendo a los invitados, muchos de ellos no mencionaron nada sobre el escándalo que se decía en los periódicos y se limitaban a felicitarlo solamente, vida que Hoseok agradeció muchísimo.

Una de las monjas junto a Soyeon habían llegado junto con algunos de los niños del orfanato, siendo recibidos con alegría por Hoseok que abrazó a cada uno de ellos.

- Nuestro regalo es muy humilde, ensayamos unos coros con los niños. - Dijo una de las madres encargadas del orfanato donde Hoseok ayudaba, cargando un niño pequeño de tan solo seis años. - Si viera la ilusión que tienen por venir, que siga siendo tan feliz como lo ha sido hasta ahora.

- Gracias madre… - Dijo Hoseok sonriéndole mientras le daba un corto abrazó.

- Señor. - Interrumpido la señora Choi llamando la atención de Hoseok, que volteó para verla de inmediato.

- Gracias madre, con su permiso atienda por favor a los niños. - Hablo Hoseok hacia la madre volteando hacia una de las mesas más grandes del salón. - Pueden sentarse, ahí hay algo para ellos. - Indicando la mesa para que se pudieran sentar.

- Gracias Hoseok. - Dijo Soyeon tomando de la mano a dos niños para comenzar a caminar hacia la mesa.

- Lo busca un jovencito. - Dijo casi susurrando Choi una vez Hoseok estaba a su lado.

- ¿Quién es?

- Dice que se llama Jimin, pero como yo no lo conocía lo hice entrar a la biblioteca. - Respondió Choi haciendo que Hoseok se alterará cosa que le desconcertó, sinceramente no quería hacer enojar a Hoseok, mucho menos ese día.

- Dile que se vaya. - La voz de Hoseok salió bastante herida Haciendo que la señora Choi se entristeciera, primero la falta de Yoongi y ahora ese niño. No entendía lo que pasaba pero todo parecía tan triste a pesar del día tan especial que era hoy.

Estaba a punto de ir a la biblioteca a sacar a ese joven pero fue detenido por la mano de Hoseok en su brazo, no podía descifrar la expresión de su jefe en ese momento.

- Espera, se lo diré yo. - Terminó diciendo para caminar hacia la biblioteca dejando a Choi bastante desconcertada pero solo siguió haciendo su trabajo.

Cuando Hoseok llegó la puerta de la biblioteca esta estaba un poco abierta, logró ver desde afuera a Jimin sentando en uno de los sillones estaba cabizbajo así que no logro ver su rostro y la expresión de tristeza que poseía el joven. Después de un rato de pensarlo tomó toda la valentía posible que su cuerpo le permitió y entró, ganándose la atención de Jimin de inmediato.

Este lo miraba con una tristeza que hizo que el estómago le doliera.

- Ahora sabes quién soy yo. - Dijo Hoseok su tono de voz sonó bastante seco y crudo, se odiaba por poner todo su odio hacia él pero ya no sabía qué pensar acerca de Jimin. No después de leer todo lo que decía ese periódico. - ¿Qué deseas aquí?

Todas las mentiras acumuladas a través de los años se iban transformando en ráfagas de odio, odio así mismo y hacia los demás. Los que le mintieron… No sabía si creer en la inocencia que los ojos llorosos de Jimin le mostraban ahora o sentirse traicionado por qué alguien que se miraba tan inocente a sus ojos también le había mentido.

Cómo olas chocando en la orilla de una playa que había estado abandonada durante años, cansada de ser dejada de lado por el dulce azul del mar... ya no se sentían como caricias.

Orquídeas para mi esposo [Yooseok/Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora