Capitulo 15. Dulce despertar.

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Café...
Pan horneado...

Huele muy bien...

Con pesadez abro los ojos, aunque deba volverlos a cerrarlos por un segundo mientras intento controlar que nada me de vueltas.
La cabeza parece palpitarme y un zumbido fastidioso provoca que quiera fundirme en la cama. Me toma varios segundo, pero, me recompongo y vuelvo abrir los ojos.
¿Donde coño esta mi celular?.

Frente a mis ojos esta una pequeña aspirina y un vaso de agua. Mierda, ¿Que paso?. ¿Porque me duele tanto la cabeza?

Esperen...esperen...
Doy un reparo, en lo que puedo porque la habitación esta oscura, gracias a las cortinas negras...yo jamas uso cortinas de ese color. ¡¿Donde estoy?!, desde luego no es mi habitación.

Como si fuera señal de protesta contra mis movimientos, una mano aprieta mi cadera, dedos fríos y largos parecen ceñirse a ella. Y es donde realmente despierto, no estoy sola, mi espalda esta pegada a torso duro, mis piernas enlazadas con algunas y mi cabeza apoyada sobre un brazo que entrelaza sus dedos con los de mi mano derecha. ¡¿Que?!.

Giro con rapidez para encontrarme con lo que menos esperaba.
Luce realmente relajado, su rostro blanco con un tono bronceado, pómulos perfectos, mandíbula marcada y nariz fileña, el cabello negro se pega a su frente, mientras sus labios entreabiertos, lo hacen lucir tan...perfecto. Bajo la mirada, para descubrir que su cuerpo magníficamente ejercitado, solo esta cubierto por unos boxer negro, y...yo solo llevo mi ropa interior.

-Mierda, mierda, mierda.
Salto de golpe de la cama de un chillido, cuando comprendo que no estoy soñando que esto real, estoy en la cama con Natan Harris y ambos estamos en ropa interior, lo que es peor como mierda llegue hasta aquí.

-No, no, no.
Estoy histérica a unos pasos de la recamara, perdida, intentando hurgar de manera rápida en mis pensamientos, recuerdos, que mierda se yo, algo que me aclare porque estoy aquí.

-¿Que haces?.
Su voz ronca, es apenas un susurro.

-Yo...yo...
Mis pies torpes se enreda con el edredón que he tirado al piso, provocando que vaya directo a...sus brazos, que me rodean por la cintura, evitando que caiga, tengo las manos sobre su pecho, pudiendo sentir lo duro y firme esta, y nuestro cuerpos se tocan descaradamente, dejándome sentir lo suave que se siente, sus ojos grises me estudian con atención y esos labios...

-¿Estas bien?
¡¿Bien?, estoy en tu habitación, en tus brazos, con tigo solo con unos bóxers!.

Asiento, y me alejo de él. Sin evitar dar un repaso, por sus piernas largas y ejercitadas, su abdomen, sus brazos, sus hombros, su cara...por todo él...tan perfecto, tan...¡Ha crecido tanto!.

-Por supuesto, yo...mmm...¿Como es que estoy aqui?.

Su labio superior se levanta un poco, como un atisbo de una sonrisa. S-se esta b-burlando de mi.

-¿De verdad no lo recuerdas?.

-Si lo hiciera, no estuviera preguntando.

Susurro, mas para mi que para él, aunque me escucho.

Su sonrisa crece más.
Espero pacientemente por la respuesta, en su lugar, se estira perezosamente y bosteza, dando media vuelta para entrar a lo que supongo que es el baño.
¡Joder, como esta de bueno!

-Te luce el negro.
Dice antes de desaparecer finalmente.

-¿Que?.

Mi cara arde de vergüenza, al recordar que estoy en ropa interior andando din pudor alguno frente a sus ojos.
Inmediatamente me cubro con una playera.

Cuando vuelva a salir el sol. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora