Capitulo 16. Mi caos.

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-¿Y bien?. ¿Ya puedes explicarme como terminaste en casa de los Harris?.

Dejo escapar un leve quejido, mientras me dejo llevar por el olor humeante de café recién hecho y me enderezo en el asiento. Observo a Mara un par de segundo intentando organizar lo que le diré. Soy consiente que necesita una explicación luego cubrirme esta mañana y pasar por mi a casa de Natan.

-¿Y bien...?

Aprieto los parpados implorando que al abrirlos su figura con brazos en jarra, ya no quiera interrogarme sobre algo que no quiero hablar porque no termino por procesarlo. Ella no se rinde fácilmente.

-Solo...ayer fui por unos tragos con...unas viejas amigas y termine en su cama.

Me arrepiento al instante.
Cubro rápidamente mis labios que acaban de proferir tal barbaridad con el dorso de mi  brazo, claramente arrepentida, mientras Mara jadea en sorpresa por la absurda confesión.

-¡¿Que?!. ¡Terminaste en su...

Rodeo la mesa y cubro sus labios ante la mirada curiosa de los clientes del café, murmurando unas disculpas, y llevándola a rastras hasta la cocina. La juzgo con la mirada.

-Lo siento, lo siento. Solo es que ¡Wao!, no lo esperaba. En realidad si lo esperaba, siempre supe que algo raro se traían ustedes dos, solo que no pensé que fueran...-Su energía normalmente animada, disminuye al tiempo que habla- tan rápido. Pero a quien engañamos, ¡Joder!-Y vuelve a estar a tope-Ese chico esta como quiere, es tan guapo. Me hace recordar a su hermano mayor cuando tenia esta edad, solo que este chico tiene otro color de ojos y parece mas apático y gris. En fin...-Creo que si tuviera el poder de asesinar con mis ojos, Mara estuviese muerta desde que empezó a parlotear de un lado a otro.

Intento ignorar el hecho de que conoce a su hermano mayor y yo nunca pude hacerlo, ocultando que siempre he escuchado tanto de ese chico, que despierta mi intriga.

-Nada de lo que estas diciendo es correcto, ese chico y yo, no tenemos absolutamente nada y has interpretado todo mal, ¿de acuerdo?, lo de anoche fue un mal entendido, y lo de...terminar en su cama, es porque...porque fue donde dormí, no ha pasado nada, no esta pasando nada y tampoco pasara, ¿de acuerdo?.

-De acuerdo. Acepta no muy convencida-Ten, esta taza de cafe te ayudará con esa resaca, deberías tomar otra aspirina mas tarde.

Resoplo mientras la observo salir de la cocina y vuelvo a desparramarme sobre la mesa, mi cabeza esta hecha un lío y no es solo culpa de los chupitos que tome ayer por la noche, es la maldita culpa del chico de ojos grises que parecen perseguirme en mi mente una y otra vez.
Lo de anoche fue...es ni siquiera puedo recordarlo con exactitud, deseo de verdad que lo que insinuó que había pasado sea una gran broma, del resto...¡No!. Intento no pensar en eso, ni en él, ni en sus palabras, ni en su cercanía, solo de recordarlo mi corazón late a un ritmo mas acelerado.
Niego rotundamente, eso fue un simple error, no puedo permitirme volver a eso, ya no tengo sentimientos por él e intentare eliminar todas las situaciones que me provoquen confusiones estupidas, y si es necesario lo evitare a él, finalmente en un mes mi vida volverá a la normalidad y todo esto quedara fuera de ella.
Me siento tan cansada, frustrada y enojada por esta situación, porque mi corazón late de esa manera cuando lo recuerdo tan cerca y mi cuerpo añora y reclama esa misma cercanía, él tiene a alguien en su vida, yo no soy nada para él.
Tomo el vaso de café y lo lanzo contra la puerta.

-¡No soy un ladrón, no soy un ladrón!
Un chico solo un poco mas alto que yo, de piel bronceada, cabello castaño oscuro, un rostro muy bonito aparece por la puerta con sus manos en señal de rendición.
No puedo detallarlo más, porque creo que me he puesto roja de la vergüenza. El vaso ha apuntado justo a lado de su cara, un milímetro más y le hubiese estampado el café en su bonita cara.

Cuando vuelva a salir el sol. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora