PECADO CONCEDIDO

Capítulo 4

Los ojos, suelen decir, son el reflejo del alma, pero, ¿Qué se puede reflejar cuando la hemos perdido? Una duda para muchos, una perversa realidad para otros.

ZARAGOZA 2004

Manuel: Mírate que bonita estas –Le hizo saber mientras acomodaba la flor que minutos antes le pusiera en el cabello. –Eres la pelirroja más bonita del mundo –Dijo para después hacerle pequeños cariños con su nariz.

Mayte: Solo me puse un vestido, nada novedoso –Sonrió tímida mientras se sostenía de sus brazos.

Manuel: May tenemos que hablar sobre lo que pasó hoy en la cafetería –Cambiando el semblante a uno más serio, estaba dispuesto a desarmarse ante ella y dialogar sobre lo que, ante ojos ajenos, parecía lo que no era.

Mayte: Sabia que lo haría –Suspiró cansada.

Manuel: Iván te sigue a todos lados, parece un perro vigila y no me salgas con lo de siempre, que quiere tu amistad porque incluso Emmanuel se ha dado cuenta. –Alegó

Mayte: Déjalo Manuel, ni siquiera me doy cuenta si está cerca de mí, ¿Sabes por qué?

Manuel: No, ¿Por qué? –Indagó.

Mayte: Porque mis ojos siempre están en ti. La hora del descanso es mi hora favorita porque te puedo ver mientras juegas futbol o mientras te ríes al platicar con Emmanuel, imaginándome a tu lado y sonriendo juntos –Dijo al soltar un suspiro-

Manuel: Maytis –Dijo sintiéndose realmente apenado- Mírame –Tomando su barbilla- También lo hago...

Mayte: ¿Qué?

Manuel: Mirarte, veo como el aire revuelve los pequeños risos de tu cabello, escucho tu riza, aunque te encuentres al otro lado del pasillo y amo la manera en la que arrugas tu pequeña y hermosa nariz cuando algo te desagrada. Sé que te gusta tomar el desayuno detrás de la capilla porque no llega el sol y que detestas el jugo de piña porque no sabes si es dulce o amargo realmente y te desespera que sea una combinación de ambos –Sonrió

Mayte: ¿Todo eso? –Sonrió apenada.

Manuel: Y mucho más, y lo sé porque tú eres mi universo; Y te adoro –Dijo mientras la abrazaba y dejaba pequeños besos por todo su rostro.

Mayte: Te quiero Manuel –dijo tímida-

Manuel: Sabes May... El día que las estrellas dejen de brillar, ese día dejaré de quererte –Dijo sinceramente.

ZARAGOZA 2022

Mayte: Y las estrellas nunca dejaron de brillar Manuel Mijares –Se dijo a sí misma en la supina soledad de su oficina, mientras esperaba el regreso de Dana.

Emmanuel: ¿Hablando sola? –Interrumpió mientras entraba, asustándola por completo.

Mayte: ¡Emmanuel! Por un....

Emmanuel: Cuidado con lo que vayas a decir, recuerda que estamos en el santuario de dios –Carcajeó

Mayte: No, nada de eso, es que me diste un buen susto –Interrumpió- ¿Dónde está Dana? –Preguntó.

Emmanuel: Dijo que iría por algo de comer y también me pidió que te alcanzara todo esto- Le hizo saber mientras dejaba los papeles en su escritorio-

Mayte: Te lo agradezco entonces –Contestó, sin embargo, su mirada se encontraba perdida por el ventanal de su oficina, observando como jugaban algunos de los estudiantes.

Emmanuel: Él está tan impactado como tú –Susurró al acercarse a ella y sobarle el brazo.

Mayte: No veo por qué, sabe perfectamente que yo no fui quien dejó Zaragoza –Contestó sin apartar la mirada.