En un otoño lo conocí, cuando por casualidad del destino nos hablamos, miramos y sonreímos, de ser unas estaciones pasamos a ser unos planetas lo que nunca imaginamos.Él un chico de verano tan radiante como el Sol, su cabello amarillo y sus ojos azules como el cielo, yo como un invierno tan frío, cabello café oscuro con tonalidades rojos en el sol pero como no salgo al sol, ahora tiene tonalidades negras y unos ojos que cambian de color, a veces son cafés, negros, ámbar, depende que como me mires ves mis ojos.
El un verano con todo su esplendor, yo un invierno con todo su irritante hielo. El mismo otoño nos tenía envía y con todo su egoísmo me lo quitó, me quitó a mi verano, me quitó a mi Venus, mi parte más cálida y más radiante se fue, sería una inhumana si digo que él destino fue cómplice porque se que no es cierto.
La luna y estrellas fueron testigos de mi soledad, desespero, oscuridad y frialdad que Neptuno me resguardo, él un Venus que fue extinto.
Le suplique a Saturno que refugiara su alma con su anillo mientras yo me trataba de librar de Neptuno para así ver a un Venus, para que así el invierno viera su verano.
Un deseo a Saturno me llevó año tras año pero al final es de suponer que él destino se apiadó de nuestro amor y nos volvió a juntar en el anillo de Saturno. En dónde Neptuno y Venus fueron localizados en un sitio tan hermoso como lo es Saturno.
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Corazón de Hielo
De Todo¿Será capaz un corazón pasar de ser normal a convertirse de hielo? Con pequeños relatos y poemas nos damos cuenta de lo que le pasa ha esta chica que tenía un corazón normal pero por las circunstancias del destino su corazón se convierte de hielo. E...