Cuando a Katsuki le dijeron que se iban a mudar a otra ciudad no lo pudo creer. Lloró mucho por tener que separarse de sus amigos y por tener que empezar a vivir en un nuevo lugar dónde no conocía a absolutamente nadie, tan sólo a sus padres.
Llegaron tras varias horas de viaje dónde Katsuki en ningún momento dejó de quejarse sobre lo injusto que era separar a un niño de apenas siete años de todos los amigos que acababa de hacer. En todo momento expresó su descontento gritando y maldiciendo.
La casa era bonita y más grande que la anterior, eso era bueno. Tenía un jardín enorme. "Allí podré jugar más'' pensó Katsuki, olvidando un poco su descontento anterior.
Bakugou ya se había calmado, y comenzaba a gustarle ese nuevo lugar, hasta que Mitsuki durante la cena le hizo una gran declaración que volvió a enfurecerlo por haber tenido que mudarse tan repentinamente.
—Ya te hemos matriculado en la escuela. Comenzarás la semana que viene, así que mañana iremos a comprar todos tus materiales y tus libros.—Dijo mientras se llevaba otro trozo de carne a la boca.—Podemos comprarte también otra mochila, esa ya está muy vieja.
—¡Pero mamá!—Protestó rápidamente.—¡No puedo ir a la escuela, no conozco a ningún niño!
—Pues los conocerás el primer día.—Respondió Mitsuki simple, casi sin inmutarse de que su hijo ya iba a comenzar a llorar.—No serás el único niño en esa situación, además, encontrarás a algun niño o niña amable y podréis ser amiguitos.
Katsuki ni siquiera terminó de cenar aquella noche, demasiado disgustado para masticar tanta carne. Se fue rápidamente a su alcoba. Y una vez estuvo allí se tiró a su nueva cama, pero al no estar acostumbrado a ese colchón nuevo, se removió incómodo. Habían muchas cajas de cartón por toda la habitación, algunas abiertas y otras señadas con celo. Abrió una de ellas para sacar de allí su peluche favorito y lo abrazó con fuerza. Y así pudo dormir en su primera noche en su nuevo hogar.
✿◉✿◉✿◉✿
Compró una barbaridad de cosas para su primer día que lamentablemente ya había llegado.
Una nueva mochila de color rojo con explosiones naranjas, nuevas zapatillas de las que podrá presumir orgulloso, libros de texto y cuadernos,
lápices y gomas, pegamento y tijeras, y crayones de varios colores vivos.El reloj marcaba las 8:30 de la mañana cuando Masaru se coló en la habitación para despertar a su hijo. Katsuki se hizo el remolón para no tener que despertarse todavía, pero su padre no paró de insistir y finalmente tuvo que levantarse de su suave y calentita cama para ir a ese lugar llamado escuela. Desayunó y agarró todo lo que podría necesitar para su primer día y lo metió todo en su nueva mochila, de la que se sentía demasiado orgulloso. Su madre lo tuvo que llevar a rastras, pero finalmente llegaron a su nueva escuela, dónde cursaría los últimos cinco años de escuela antes de entrar en la secundaria. Su profesor, un tipo sonriente y algo gritón de cabello amarillo como el sol se presentó como Hizashi Yamada, quién lo llevó hasta un aula para conocer a sus nuevos compañeros.
Llegaron a una clase dónde habían varios niños de su edad que estaban sentados en distintas mesas individuales, esparcidas por toda la clase. En el pizarrón se veía una resta "35-20" Katsuki la miró por unos segundos, tratando de buscarle solución a la operación matemática, sin éxito alguno.
—Katsuki, siéntate al lado de Eijiro.—Le pidió sonriente su profesor, agachándose levemente para quedar cerca de su altura.—¡Eijiro, levanta la mano para que tu nuevo compañero sepa quién eres!
Una pequeña mano se alzó en el aire.
Y un pequeño niño pelinegro le dedicó una sonrisa enorme.—¡Ahí está! Ves con él, Katsuki.
Así, el pequeño rubio se dirigió hacia el lugar donde le habían asignado su puesto y se sentó, dejando su pequeña mochila roja con dibujos de explosiones naranjas en el respaldo de la silla. Con un diminuto y ágil salto logró sentarse en la silla.
—¡Hola!—Exclamó alguien demasiado cerca de él. Katsuki se giró y vió a su compañero "Eijiro" saludándolo mientras balanceaba los pies de adelante hacia atrás, emocionado.—¡Soy Eijiro Kirishima!
Ese niño iba a ser un dolor de cabeza y cómo un grano en el trasero. Bakugou estaba seguro de eso desde el primer momento.
💞💞
Buenas buenas. Ya vengo con otra historia!! De verdad tenía ganas de hacer algo así desde hace tiempo, dónde desde bien pequeñitos se conocen y se van enamorando con el paso de los años, me parece demasiado cute esta temática y quería intentarlo.
—Fanfic largo.
—Actualizaciones rápidas.
—Lenguaje infantil.
—Capítulos más o menos cortos (entre 1.000 palabras más o menos)
—Ni la imagen de la portada ni los personajes son míos, créditos a sus respectivos autores.
—¿Humor? Y soft.
—Slow Burn (se enamoran poco a poco)
—En el primer capítulo y gran parte del segundo se llevan mal, y a partir del segundo capítulo se comienzan a llevar bien hasta ser amigos.
—Ligeros cambios en la personalidad de los personajes.
—Final feliz.
Espero que os guste muchísimo este nuevo fanfic y que sea apoyado. <3
Se les quiere <33
ESTÁS LEYENDO
•°Crayon°• /Bakushima/
FanfictionKatsuki, de 7 años, se ha mudado con su familia a un nuevo pueblo al norte del país, y el haberse mudado implica una nueva escuela primaria y convivir con nuevos compañeros.