Las albóndigas que había hecho la "mami" de Eijiro eran una delicia, no había otra palabra para describirlas.
Estaban perfectas para un paladar exigente como era el de Katsuki, por eso, en vez de parlotear cómo solía hacer cuándo era la hora de la comida y tenía a su familia allí reunida, se dedicó simplemente a comer, disfrutando de la exquisita carne. Y no tenía planeado hablar hasta no terminar su comida, pero cuando la mamá de Eijiro le preguntó algo, tuvo que hablar de vuelta para responderle a la mujer, sería un maleducado si no lo hiciera.—¿Y cómo fue la escuela hoy, Katsuki?
—Mal, porque el traidor de su hijo me dejó sólo.—Comentó serio.
Ambas mujeres rieron, pensando que se trataba de una broma del rubio. Eijiro lo miró de reojo sin parar de comer, pues él bien sabía que no era una broma, Katsuki lo que menos trataba era de ser gracioso, o causar alguna carcajada en sus madres. De verdad se había enojado con él por no venir aquel día a clases.
—Tal vez mañana tampoco vaya a clases...—Murmuró, lo suficientemente alto cómo para que Katsuki le escuchara.
—¡¿Qué?!
—Si me sigue doliendo la barriguita no iré.
—¿Por qué no?
—Mamá me dijo que lo más importante es que no me duela nada.
—¡Siempre igual! Siempre dices "mamá dijo esto" o "mamá dijo lo otro"
—¡Eso es porque yo soy un niño bueno, no cómo tú!
Las progenitoras de Eijiro se miraron entre ellas, y la mamá de este se acercó a su esposa para susurrar un: "realmente parecen un matrimonio."
—¡Yo soy bueno!
Eijiro se llevó otra albóndiga a la boca.—No, no lo eres.
—¡Eijiro, no se habla con la boca llena!—Le regañó una de sus madres.
—Perdón mami.
—Pídele disculpas a Katsuki, él sí es un niño bueno.
—Perdón Katsuki.—Lo miró con recelo.—¿Le avisaste a tus papás de que estás aquí?
El rubio lo miró con la boca abierta.
¡Había olvidado por completo avisar a sus padres de que estaría en casa de Kirishima durante un rato! Mierda.
Estaba tan concentrado en pensar en Eijiro que ni siquiera se le pasó por la cabeza acudir primero a su casa y avisar a sus papás antes que nada. Pero no se le podía culpar, ¡el único culpable era Eijiro por no acudir aquel día a clases! Cómo también era culpa de Eijiro que estuviera tan metido en la cabeza de Bakugou, tanto que no podía pensar en nada más que no fuera él cuándo el timbre que indicaba el final de clases sonó.
No pensaba en sus padres, ni en él mismo, tan sólo pensaba en Eijiro. Aunque, siendo sinceros, que pensara continuamente en Kirishima no era nada nuevo para nadie, y mucho menos para él.—No les dije nada...—Eijiro miró a sus madres como si fuera el mayor problema del mundo, y ellas fueran las únicas sabias con una solución.
—No te preocupes, ahora le enviaremos un mensaje a tu mamá diciendo que estás con nosotras, para que no se preocupe.
Los dos niños terminaron pronto de comer y volvieron a subir las escaleras hacia el dormitorio de Eijiro.
—Tus mamás son muy amables.—Dijo Katsuki en cuanto la puerta de la habitación fue cerrada.
—Sí, cómo yo.
—Ahora que lo pienso...—Mencionó, pensativo, cosa que captó la atención del pelinegro.—Tú serás mi esposo, y eso hará que tus mamás sean mis suegras.
—Creo que sí.
—¿Entonces por qué son amables?
—¿Por qué no deberían serlo?
—Mi mamá siempre se queja de su "suegra" que es mi abuelita. La llama bruja aveces.
—¡¿Bruja?!
—Sí, así la llama. Pero solo aveces, después de las cenas familiares y esas cosas.
—Bueno, supongo que eso es porque aún no estamos casados, y cuando nos casemos se convertirán en brujas cómo tu abuelita.
Katsuki recogió su mochila escolar, que se encontraba en el piso después de que la dejara allí antes de comer. Se la puso sobre su hombro.
—Será eso. Pero es una pena que tus mamás se vayan a convertir en brujas, de verdad me caen bien.
—¡Pero no todas las suegras serán así! ¿no? Por ejemplo, mi mami nunca ha dicho nada así de Abu.
—¡Eso es porque tu mami trabajo para que tu Abu no se convirtiera en una bruja! Ven, sígueme.
—¿A dónde quieres ir?
—Voy a impedir que tus mamás se conviertan en brujas.
—¿Y cómo vas a hacer eso Katsuki?—Preguntó al mismo tiempo que caminaba hacia el rubio, quién ya se encontraba en la puerta del dormitorio.
—Haré que vean que soy el indicado para ti.
El otro siguió sin entender nada, pero pronto lo siguió corriendo, tan sólo para salir de dudas y saciar su intensa curiosidad. Siguió a Katsuki mientras este bajaba las escaleras a toda velocidad, cómo si fuera el ser más veloz que existía. Katsuki fue hasta el jardín, y se aseguró de que las madres de Kirishima, —quienes desde la cocina tenían una ventana con vistas a su pequeño jardín.— los pudieran ver por la ventana. Comenzó a buscar algo con intensidad y esmero, y cuándo por fin encontró lo que quería, volvió a asegurarse de que fuera el centro de atención de las dos mujeres en ese momento. Tomó la mano de Eijiro para atraerlo hacia él y hacer que este también quedara a la vista perfecta de sus madres, para ver cómo Katsuki era un futuro esposo muy romántico y atento, y era el único que podía hacer tan feliz a su hijo.
—Toma, para ti.—Dijo con una gran sonrisa mientras le tendía una flor amarilla a Eijiro.
—¡Me encanta!—Exclamó, ignorando el hecho de que ese era su propio jardín, y había decenas de flores iguales plantadas allí.
Las madres de Eijiro sonrieron a la vez ante la escena presenciada, pensando cómo era que su hijo a la corta edad de nueve añitos, ya tenía a un chico ideal para él. ¡Ellas tardaron dieciocho años en encontrarse, y Eijiro con tan sólo nueve años encontró a su futuro marido —o al que sería perfecto para serlo.— y sobre todo, a su alma gemela.
Holaaa. Quiero avisar que el otro día publiqué un nuevo fanfic, que esta vez es Bakushima fem! (Ósea que tanto Bakugou como Kirishima son mujeres) está en mi perfil y el nombre es "The President's Wife" vayan a darle apoyo si quieren. :)
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•°Crayon°• /Bakushima/
FanfictionKatsuki, de 7 años, se ha mudado con su familia a un nuevo pueblo al norte del país, y el haberse mudado implica una nueva escuela primaria y convivir con nuevos compañeros.