El día siguiente llegó junto a la hora del recreo. Todos los niños dejaron el aula felices por poder salir al recreo a jugar, corriendo por los pasillos para ser el primero en alcanzar uno de los columpios y que nadie más rápido pueda quitárselos de las manos.
Eijiro vió a sus amigos yéndose felizmente hacia el patio, mientras hablaban de cosas variadas y le daban los primeros bocados a su comida.
Eijiro, triste, se quedó en su puesto, viendo nostálgico cómo todos se iban sin él, dejándolo atrás.—Bien, aquí empieza vuestro castigo.—Dijo Aizawa con su típica voz somnolienta, mientras abría su laptop para comenzar a escribir.— No seáis escandalosos.
Kirishima con el ceño fruncido sacó su lonchera para comenzar a comer lo que su madre le había preparado en la mañana, le empaquetaron un sencillo sándwich, junto a un paquete de galletas Oreo para compartirlas con sus amigos.
Eijiro no podría compartir sus galletas con sus amigos, ni con Kaminari, ni Mina y mucho menos Sero. Y darle alguna de sus preciadas galletas al Niño Gruñón no formaba parte de sus planes. Miró de reojo al rubio, quién lo miraba fijamente mientras comía, en una mirada de desaprobación. Cuándo Katsuki vió que Eijiro de igual forma lo estaba mirando, tal y cómo él estaba haciendo, desvío la mirada incómodo.
No se había dado cuenta de que lo había estado observando por más de dos segundos. No esperó ser descubierto tan patéticamente.
Odia a Eijiro, de veras no lo soportaba, pero cree que es un niño lindo. Su cabello luce suave y todas las niñas lo quieren trenzar, pero a él le gustaría acariciarlo. Su tez algo más oscura que la suya lo hacía ver tierno y resaltaba una pequeña cicatriz en su ojo derecho, y sus dientes son adorables, igual de afilados que los de un tiburón. Katsuki ama los tiburones. Eijiro es un niño lindo, pero para Katsuki, sólo era eso, no había nada más que resaltar en él.
Aizawa pronto cayó dormido sobre el teclado de su laptop, dejando a los niños en un ambiente incómodo y demasiado silencioso. Podían escuchar los gritos de algunos niños desde el patio. Decenas de voces agudas chillando y chillando.
—¿Por qué tienen que ser tan ruidosos?—Creyó que tan sólo lo había pensado en su cabeza, pero al notar que Kirishima lo miraba, supo que no había sido así.
—Quiero que me pidas perdón.—Dice con seguridad Kirishima, ignorando por completo lo que ha murmurado Katsuki antes.
—El que me tiene que pedir perdón eres tú. Tú fuiste quién rompió mi crayon.
Eijiro frunció el ceño y se giró para buscar algo en su mochila. Cuándo lo sacó, Katsuki quedó sorprendido. Entre las pequeñas manos del pelinegro, había un crayon verde, nuevo, tal y cómo el que tenía antes.
—Fuiste muy grosero cuando me estiraste del cabello y cuando me llamaste feo y tonto, porque yo no soy ninguna de esas cosas feas.—Reclamó Eijiro.
Katsuki agarró el crayon nuevo, regalado por Kirishima. Notó que a su alrededor había una pequeña nota.
"Lo siento mucho Katsuki por rromper tu crallon, perdoname y seamos amijos." Ignoró las horribles faltas de ortografía que habían en la pequeña nota, y se permitió sonreír por unos breves instantes. Tan breves que Kirishima apenas se percató de que el rubio le había sonreído.—Podemos ser amigos si me pides perdón.—Habló orgulloso Eijiro mientras cruzaba sus brazos por encima de su pecho.
—Como si quisiera ser tu amigo.
Vió como Kirishima frunció más su entrecejo, enojado. Y se dió la vuelta para darle la espalda a Katsuki, haciendo notar que estaba muy molesto. Miró por la ventana, en dirección al patio, viendo a sus amigos jugar cerca de la ventana.
Katsuki por otro lado, en ningún momento despegó la vista de él, esperando a que se diera la vuelta de nuevo y volviera a insistir, pero no lo hizo.—Lo siento por estirarte del cabello y llamarte por cosas feas.—Se disculpó por fin Katsuki, haciendo que Eijiro rápidamente se gire para mirarlo directamente.
Eijiro le regaló una gran sonrisa antes de acercarse más a él, rodeándolo con sus brazos en un fuerte abrazo que no duró mucho, pues Bakugou rápidamente lo alejó de él.
—¡Eres muy molesto! Te he pedido perdón pero eso no significa que seamos amigos.—Katsuki lo miró, cómo si lo estuviera retando.
Kirishima frunció el ceño algo extrañado. Nunca ningún niño le había dicho que no quería ser su amigo. Katsuki era el primero.
—¿Y qué puedo hacer para que seas mi amigo?
Katsuki lo pensó por unos segundos, que no se hicieron muy largos pues al ver al profesor Aizawa echando aún su siesta, una idea maligna llegó a su mente. Quería divertirse, y Eijiro era demasiado ingenuo y se creía todo lo que le contaban, incluso si no era más que una vil mentira.
—Despierta al profe Aizawa y así seré tu amigo.
—¿Despertarlo? No puedo, él está durmiendo y mi mami dice que no debo molestar a las personas cuándo duermen porque están cansadas y necesitan descansar.—Dice Kirishima, preocupado por la reacción de Aizawa si lo despierta, ¿Se molestará mucho?
—Hablas mucho, niño. Si de verdad quieres ser mi amigo, haz que despierte.
—¿Cómo puedo hacerlo?
—Vas hacia él, y cuándo estés cerca de su oído gritas "¡Boo!" Y así despertará.
—¡No puedo hacer eso!—Exclamó Eijiro sumamente indeciso, e incluso asustado.—¿Y si me vuelve a castigar?
—Eso no se puede hacer. Nunca se puede castigar a un niño más de una vez, no te hará nada.
—¿Tú cómo sabes eso?—Preguntó, relajando un poco su voz.
—Mi mamá me lo dijo.
Según lo poco que había podido conocer a Eijiro, sabía que este pensaba que todo lo que digan las madre iba a misa, sin ningún tipo de peros. Tan sólo tienen la razón por el simple hecho de ser madres y punto. Intuyó que Eijiro le creería y confiaría ciegamente en él, y tal y cómo suponía, no se equivocó.
Eijiro algo más decidido y con más valentía, aunque algo inseguro se dirigió hacia el profesor que seguía sumido en un profundo sueño.
Eijiro acercó su boca hasta el oído del profesor, se quedó viendo a Katsuki por unos segundos, con miedo, a lo que este sólo levantó su pulgar hacia arriba, mostrando apoyo y brindándole seguridad. Después, Eijiro gritó directamente en el oído de Shota un sonoro ¡Boo! que hasta a él lo exaltó. Aizawa se despertó sobresaltado. Pero todo susto pronto se convirtió en enojo cuándo todo tuvo sentido en su cabeza.El resto es historia. Aizawa regañó de todas las maneras posibles a Eijiro quién pronto comenzó a llorar. Eijiro
delató al rubio ante el estricto maestro. Y este decidió llamar a sus padres para contarles los problemas que tenían sus hijos entre ellos. Estaba jodido, y todo porque quiso meterse un poco con Eijiro.
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•°Crayon°• /Bakushima/
FanficKatsuki, de 7 años, se ha mudado con su familia a un nuevo pueblo al norte del país, y el haberse mudado implica una nueva escuela primaria y convivir con nuevos compañeros.