𝑨𝒑𝒖𝒆𝒔𝒕𝒂 (𝑨𝑼)

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Estaba acorralada.

Había apostado con su compañera y había perdido. No tenía más opción que aceptar su derrota y cumplir el castigo que le puso.

No le parecía muy correcto lo que tenía que hacer. Todo por esa estúpida apuesta sobre quien besaba primero a unos de los gemelos más lindos de la academia. Yoko le había ganado, besó primero a Divina.

Ahora su condena era besar a la chica más horrorosa, la que más miedo daba, Merlina Addams. Hasta que se le ponía la piel de gallina de solo pensar en tener que besarla y salir con posibles fracturas en todo el cuerpo.

Maldecía el momento en que decidió aceptar esa estúpida apuesta. Jamás pensó que Yoko le pusiera un reto tan tortuoso, ni el mismísimo satanás le hubiera hecho algo así.

También maldecía lo difícil que era encontrar a su objetivo. Ella y sus amigas estaban buscando desde que empezó el receso. Se asustó al ver a Merlina con un chico en el pasillo menos concurrido, sus amigas se burlaron de ella.

Las chicas se encargaron de alejar al chico de Merlina para que la rubia pudiera cumplir. A una distancia prudente empezaron a hablar con él sobre la situación. Tyler, así se llamaba él, le fascinó la idea de ver a su amiga pelinegra en esa situación. A la distancia se quedaron hablando y contando chismes mientras esperaban que el show empezara.

Por su parte. la rubia sentía que sudaba cada vez más mientras se acercaba a la pelinegra. Ya estaba empezando a sentir sus huesos rotos y su hermosa cara golpeada.

Puso su mano en el hombro de la pelinegra, cosa que no fue para nada bien recibido.

—Quita tu mano de ahí

En ese momento sintió como el alma se le iba del cuerpo. Sus posibilidades de salir ilesa se redujeron a  0,25 %. Lo mejor que podía hacer era escapar como una cobarde.

Iba a huir, ganas no le faltaban. Aunque sus ganas se esfumaron al recordar lo que su padre siempre le decía, debía de enfrentarse a los problemas como una Sinclair.

Rápidamente se acercó a la pelinegra, la tomó del mentón y le dió un beso. No pudo evitar que le gustara la sensación de los labios de la otra sobre los suyos.

El beso la estaba jodiendo de una manera increíble. Addams tenía un sabor a arándanos que la estaba volviendo loca. Muy en el fondo quería seguir con el beso, pero lo mejor era separse.

Esperó con los ojos cerrados algún golpe o insulto, sin embargo nada malo llegó. Abrió los ojos y vio que Merlina tenía una expresión de asombro.

La pelinegra la tomó del brazo y la llevó con prisa a otro lado. Tuvo miedo de que la llevara ahí para matarla.

— No me vas a golpear ¿Cierto? — Preguntó con temor cuando dejaron de caminar. Estaban detrás de las gradas de la cancha — No me pegues, por favor

— Deja de decir idioteces, Sinclair

—¿Entonces para qué me trajiste aquí?

— Tu y yo vamos hablar de lo que acaba de pasar

Mierda, su actitud dominante hacía que la rubia se sintiera diferente de una forma que le gustaba.

— Te besé porque perdí una apuesta — Dijo mirando al piso, estaba avergonzada — Me disculpo por eso

— Claro, porque pudiste besarme mejor

— Ah, sí? Bien que te gustó

—Que yo recuerde, no — Dijo haciendose la loca

— Puedo refrescar tu memoria — Dijo con una sonrisa burlona mientras se acercaba peligrosamente a la pelinegra.

—Inténtalo

Oh, claro que la rubia lo iba hacer y lo disfrutaría como nunca.

𝙾𝚗𝚎-𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜 || 𝑾𝒆𝒏𝒄𝒍𝒂𝒊𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora