Capítulo 7

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La mañana del viernes, Ha Ni se levantó temprano, como cada día, se sentía mejor aunque sabía que debía tomarse las vitaminas en cuanto Ji Hoo se las trajese, también tenía una gran idea, en mente. 

En el desayuno nadie se dignaba hablar, ya estábamos recogiendo, cuando el timbre sonó. Me acerqué ha abrir, encontrándome a Ji Hoo.

- Buenos días princesa, como amaneciste?

- Ji Hoo buenos días -sonreí- bien, solo un poco mareada pero bien, pasa.

Ji Hoo y yo pasamos dentro, mientras el mas pequeño se despedía para ir a clase Seung Jo estaba tranquilamente sentado en la sala. De la cocina salía la señora Baek.

- Ha Ni cariño, quien es este joven?

- Ajumma el es

- Señora deje presentarme, soy Yoon Ji Hoo, uno de los mejores amigos de So Yi Jeong el primo de Ha Ni, bueno y de ella ahora -sonreí mientras el correspondía la sonrisa- también soy doctor y la atendí ayer, vine a traerle sus vitaminas e invitarla a dar un paseo.

- Ooo, me alegra que mi niña esté haciendo tan buenas amistades, Ha Ni cariño, tomate las vitaminas y te arreglas para salir con tu amigo.

Asentí, mientras Ji Hoo me entregaba los botes de las vitaminas.

- Son una de cada, notaras un poco de amargor, pero te acostumbraras.

- De acuerdo, no tardo.

Fui a la cocina me llené un buen vaso de agua y me tomé todo, de ahí subí a arreglarme.

En la sala la señora Baek empezó a preguntarle al joven doctor.

- Y dígame doctor Yoon, que especialidad estudió? aquí mi hijo Baek Seung Jo está estudiando para doctor, también.

- Me especialicé en cirugía y cardiología.

- Ooouu.

- Joven Baek en que se especializará?

- Yo también me voy ha especializar en cardiología.

- Espero verlo entonces algún día por el hospital -sonrió sarcástico, no le había caído nada bien, después de saber lo que la pequeña joven había pasado por su culpa y después de notar su actitud arrogante aun le caía peor-.

- Mi niña estaba estudiando para enfermera, estaba tan contenta, pero decidió cambiar.

- No se preocupe señora, ya Ha Ni nos contó, está decidiendo bien que estudiar, nosotros la apoyaremos en lo que sea que elija aunque creo que elegirá una carrera que en su familia lleva por generaciones.

- Pero Gi Dong es chef y mi niña no.

- Si la tonta estudia gastronomía quemará todo jajaja.

- Baek Seung Jo!!

En ese momento que bajaba las escaleras y escuché ese comentario me dio rabia y dolor al mismo tiempo.

- No estudiaré gastronomía.

- Entonces?

- Ya se lo comentaré ajumma, Ji Hoo nos vamos ya?

- Si princesa, con su permiso señora Baek, joven Baek.

Al salir de la casa suspiré, el genio jamás iba a cambiar, ni sabiendo que me marcho puede tener un comentario respetuoso.

- Menos mal que me has dicho de irnos, sino creo que hubiese pegado un buen puñetazo a ese engreído.

- No vale la pena, por desgracia el siempre ha sido así.

Subieron al coche y marcharon entre risas, la pequeña caracol tenía una sorpresa para el pequeño de la casa así que con ayuda del príncipe blanco compraron todo lo que les hacía falta y marcharon de regreso a la residencia Baek, donde la señora, los recibió, la joven le explico a la mayor lo que deseaba hacer y con su permiso, ella y el joven doctor subieron, empezando a trabajar.

La señora de la casa, desde el momento en que vio al joven doctor supo que, su niña sería feliz, le dolía que al final ella no fuese a ser parte de su familia, pero su hijo había hecho muy mal las cosas como para tener una oportunidad en algún momento con esa niña.

Su niña ya tenía un destino marcado, y aunque ella no lo supiese aún ese joven vestido de blanco, con sonrisa angelical, era el que marcaría el punto final a una etapa y comienzo a otro.

La mañana fue muy amena en la casa, las risas no paraban de parte de los jóvenes en la habitación. 

Cuando el medio día llegó, con el los dos hermanos llegaban a su casa, nada mas entrar y escuchar la risa de la joven caracol, el pequeño sonrió, hacia tiempo no la oía de esa forma, todo lo contrario, se la pasaba triste y llorando a todas horas.

Baek Seung Jo, tenía su cara seria de siempre sin embargo rabia se acumulaba dentro de él, al saber lo que estaba pasando, después de que su madre le explicará, no se entendía a el mismo, pero la felicidad de Ha Ni, le ponía de mal humor.

Quiso saber que ocurría, cuando subió a su habitación, más la puerta permanecía cerrada, la curiosidad lo mató, en el momento que desde su habitación se oyó la puerta de la habitación contigua.

Se levanto de frente el escritorio hacia fuera disimuladamente, escuchando y viendo a través de la pequeña abertura.

- Deberías descansar no has parado un momento, además debemos comer.

- Cierto, jaja, no puedo creer lo mal que hemos acabado jajaja

- Menos mal que me compré este mono protector.

- Pues si, porque ya no serías el príncipe blanco, sino el príncipe multicolor jajaja.

- Muy graciosa tu estás igual.

- Aaaah, gracias por esto Ji Hoo, por ayudarme.

- No hay nada que agradecer, me parece un gran gesto.

- No solo por eso, tengo que agradecerte, por la mañana de risas, creo que no lo hacia en muchísimo tiempo.

- Esto será seguido princesa, y no solo conmigo, te irás dando cuenta que con los chicos y las chicas, no pararas, recuerda que ahora formas parte de nosotros, como siempre tuvo que ser y será. Por cierto te tengo noticias.

- Que pasa?

- Mañana le daré de alta a tu abuelo.

- Pero...

- El es cabezota, y no quiere dar su mano a torcer, menos sabiendo que mañana ya os mudáis ahí.

-Aaaah, creo que eso es de familia todos son así jajaja.

El genio, estaba impactado, si es verdad que el señor Oh dijo que se mudaban a casa de su padre, pero nunca imagino que fuese real, pensaba que solo le estaba dando cuartada a su hija, pero no sabía que realmente era verdad, nunca había sabido nada del resto de la familia Oh, por eso se sorprendió al saber que el hombre había estado en un hospital. El fuego en su interior se había encendido desde que vio al joven doctor cerca de la pequeña caracol, pero el no era capaz o mejor dicho no quería reconocer sus sentimientos por ella.

No quería escuchar mas, así que se marcho en el mismo momento que los dos salían de la habitación.



Nuevo Comienzo, Nuevo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora