Quince

0 0 0
                                    

Sheyla

Despertar y a que a mi lado esté Alexandra es un alivio.

Aunque debo admitir que todo esto me aterra, no quiero que ocurra algo que me haga separme de ella y lastimarla.

Suspiro y me permito disfrutar esté momento, tenerla asi abrazada ami durmiendo en mi pecho, parece un ángel.

Miro su rostro, memorizandome cada facción de ella, para que el dia que ya no esté a mi lado, poder recordarla a la perfección.

Como si sintiera mi mirada abre lentamente sus ojos negros.

-Buen dia señorita helada

-Buen dia señorita dramatica

Ella suelta una risita

-¿Que hora es?

-Son las 7

-¡Mierda! -se levanta de golpe de la cama-

-¿Que pasa?

-¡Mis padres!

-Oh, lo olvide

-Nos olvidamos -me corrige-

Se viste rápidamente y yo hago lo mismo, olvide completamente que sus padres le habria dicho que ya no hable conmigo, no le pusieron ningún tipo de castigo ni nada pero al notar que no llego anoche en casa pensaran que estuvo conmigo.

-Llevame a casa, rapido, por favor

Salgo de la cabaña encendiendo el motor de mi motocicleta cuando ella parece recibir una llamada.

-¿Hola? -ella me mira- Con Sheyla ¿Por que? -le hago seña para que lo ponga en alta voz-

-¿Sabes de lo que te acabo de salvar? Tus padres me llamaron para preguntarme si estas conmigo, les dije que si y tuve que inventarles una excusa de que te quedaste en mi casa anoche

-Claudia, eres la mejor

-Lo se, me debes una, ahora vente rapido para aca, por que pasaran a buscarte

*Cuelga

-Ya la escuchaste, vamos a su casa

Se monta conmigo en mi tan preciado vehiculo de dos ruedas y arranco a toda prisa.

Noto como ella tiene una expresion de confusión, seguramente por que le sorprende que me sepa el camino a la casa de su amiga sin ni siquiera ella darme su dirección.

En unos minutos ya estamos al frente de su casa.

-¿Como sabes la dirección de su casa?

-Te solia seguir cuando te quedabas a dormir con ella -digo tranquilamente-

-Maniatica

-No tienes derecho a decirme nada eh -le sonrio-

-Esta bien, yo tambien te solia seguir

-Hasta a mi casa te fuiste -Me golpea el hombro juguetonamente-

-No hace falta que me lo recuerdes -me sonrie- las dos somos maniaticas

-Lo somos -le guiño el ojo-

-Ya tienes que irte, mis padres vendran pronto

-No me ire asi como asi

Como si supiera a lo que me refiero ella se acerca a mi y me da un beso suave y delicado, uso un poco mi lengua para tentarla un poco.

-De acuerdo tortolitas -nos detenemos para mirar a Claudia- no quiero arruinar su bello momento pero tus padres ya estan en camino Alexandra

Algo PasajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora