Algo Pasajero

Veinticuatro

Alexandra

Ya en la comisaria, mis padres vinieron lo mas rapido que pudieron hacer, Samuel es el primero en abrazarme seguido de eso mi mama y mi papa.

–Hija –me dice mi madre– no lo hiciste por que quisiste ¿Verdad? –sus ojos se tornan rojos–

–No –apenas consigo contestar–

El oficial Cristian se pone enfrente nuestro para hablarnos.

–El chico que Alexandra asesino, era un mafioso que cometio cinco asesinatos y aparte de dedicarse al trafico de drogas tambien traficaba niños y niñas para venderlos en Arabia Saudita, era un chico que estuvimos buscando por meses, se que esto no seria apropiado para desarrollarte como persona –el oficial me mira fijamente– pero no te vamos a llevar a prision ni nada por el estilo, ya que hemos estado ofreciendo una recompensa a quien lo encontraba, claro, aparte de encontrarlo acabo de otra forma, pero ya esto se acabo, quedas libre sin cargos en tu contra –el oficial no da una sonrisa de boca cerrada–

No puedo evitar sentirme alegre por que  no ire a prision, pero a una si sigo teniendo un vacío, matar no es algo que yo alguna vez llegue a pensar contra alguien.

Mis padres se alegran por mi, pero me dice que me llevarán a terapia para poder manejar mejor mis emociones y no reaccionar impulsivamente, lo cual estoy de acuerdo, pero apesar de que mi ataque haya sido impulsivo, lo hice por ella, no podia permitir que el la asesinara, ya que en sus ojos se veia la determinación de que eso iba a hacer.

Estoy realmente jodida, acabo de matar por alguien.

–Y bien, vamos a la casa –ofrece Samuel–

–No –digo–

Evelyn sale de una de la puertas de la grande comisaria y se acerca a mi.

–Sheyla esta adentro, quiere verte –me dice–

Me levanto, dandole una mirada a mis padres y entro al cuarto guidado por Evelyn.

Esta sin sus esposas con unos policias alado de ella.

No puedo evitar sentir una profunda tristeza, este dia finalmente llego, ella ira a prision, pero me consuela saber que podre visitarla.

–Alexandra –ella me mira–

–Sheyla –dejo unas lagrimas caer en mi rostro y me acerco a ella para abrazarla, quien de inmediato me devuelve el abrazo–

–Hasta nunca –me susurra ella en mi oido–

Me despego de ella para mirarla a los ojos.

–¿Hasta nunca? Te voy a visitar idiota –le sonrio entre lagrimas pero ella no se rie, sus ojos totalmente enrojecidos–

–Me trasladaran a una prision de Alemania, por mi seguridad, las chicas de la prisión solo quieren verme muerta y corro riesgo de que me maten –me explica ella–

Y no hace falta que me diga por que, ya que es por el hecho de que tuvo una relación conmigo, aqui en España eso esta totalmente mal visto por parte de personas delincuentes, si ambos son personas civilizadas no hay problema pero es que Sheyla cometio muchas cosas.

–Eso no importa, viajare para verte...yo....

–Alexandra –me interrumpe– estaremos lejos, tu tienes tu vida aqui y entiendo que quieras verme como yo a ti pero no se va poder, la prisión es de maxima seguridad y no permiten visitas a personas que no sean mi familia, asi son la leyes en Alemania.

–¿Cuantos años iras? –pregunto con la voz quebrada–

–10 años, no contaron el asesinato que cometi para salvarte ya que fue justificado