Diescinueve

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–¿Te encuentras mejor? -me pregunta Claudia-

–Algo asi, solo quiero que esto termine Clau, que dejen a Sheyla en paz, pero ella tiene tanto delitos y mas ahora que la policía sabe lo nuestro -me agarro la cara frustrada-

–Todo va mejorar Alexandra, no estas sola en esto -me abraza de lado-

Y yo solo la imito, estoy tan agradecida de tenerla a mi lado, Claudia siempre ha sido una muy buena amiga estos años.

El timbre suena anunciando que ya podemos retirarnos.

Al salir de las clases miro a ambos lados por los pasillos, Evelyn no esta por ningun lado, es de esperarse.

Quisiera mandarle un mensaje a ella pero no se si seria conveniente, no tengo ni la menor idea en que situación se encontraran esas dos, y para no alarmar o complicar las cosas, prefiero no hacer nada, aunque no puedo evitar la preocupación que se me ha formado estos dias.

Ver la televisión cada minuto, asegurandome de que ella no haya sido capturada.

Ver las redes sociales cada segundo para ver si alguien publico algo de ella, sobre si la han capturado o no, sobre si la han visto o no, pero nada, solo hay fotos de ella con comentarios de odio y otros de admiración, la gente es rara aveces.

Salgo del instituto despidiendome de mi mejor amiga y pido un uber como ella lo suele hacer, Claudia solo me mira ya sabe lo que voy a hacer.

Un carro no tarda en aparecer en frente mio, me subo y le doy la dirección al chofer.

El transcurso se hizo un poco largo, ya que la zona en donde se encuentra el lugar es alejada de la ciudad.

Largos minutos despues, le doy el dinero al chofer y me bajo del carro, quedando enfrente de la prisión.

Entro y veo a un policía en recepción, le doy el nombre de la persona que quiero visitar y me guia a una especie de cuarto donde hay varias personas en sillas conversando atraves de un telefono con las prisioneras del otro lado de un cristal transparente.

Me siento esperandola y no tarda en llegar.

El policia libera sus muñecas de las esposas y la hace sentar, quedando frente a mi, no puedo evitar sentir nostalgia, mi corazon solo se arruga en verla asi.

Ella saca el telefono de su recipiente y me habla.

–Hola primita, ¿Como te va? -su voz es neutra-

Con una de mis manos saco el telefono para responderle

–¿Por que? -mi voz se quiebra un poco-

No nos despegamos la mirada un solo segundo, mis ojos se sienten humedos, las lagrimas amenazando con salirse enseguida.

–Quiero que sepas que tuve mis razones para cometer ciertos delitos -ella se pasa la mano por la cara- Sheyla, no te merece y te dije que te alejes de ella, solo te hara daño

–¿Querias que ella se alejara de mi por que me estaba protegiendo de ti?

–No solo eso, Alexandra mirate, vales mucho, ella no acabara en otro lugar que no sea la carcel, ¿Acaso quieres visitarla todos los dias y verla vestida asi? -se señala a ella misma mostrandome su uniforme naranja-

–Por supuesto que no

–Entonces, deja de engañarte Alexandra, se que tienes sentimientos por ella, pero debes olvidarla, una vez que entre en la carcel volvera a salir pero dentro de unos muy largos años

Y tiene razon, mi prima Belen Jones que tengo enfrente al otro lado de un cristal, no se equivoca en nada de lo que dice, todo lo que estoy haciendo es engañarme, diciendome a mi misma que esto acabara, que la policia dejara en paz a Sheyla, pero no, ella cometio muchos errores, delitos no tan graves pero que de igual forma tendrá que pagarlos.

Algo PasajeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora