-Buenos días, preciosa. -Susurró por detrás y puso frente a mí una rosa roja.-Buenos días. -Respondí con un beso en su mejilla.
Hoy lucía completamente diferente al Davin que vi el fin de semana. Tenía puesto unos pantalones de mezclilla, una playera gris y una gorra al revés con el número diez grabada y sus bellos ojos dorados brillaban con el reflejo del sol.
"¡Dios mío! ¿Que hice para merecer semejante monumento?"
Le pedí que tomara asiento y eso hizo. Le pregunté como seguía y respondió que no podía estar mejor.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Claro, preciosa. Lo que gustes.
-La chica con la que te llevé para que te quedaras ¿Quién es?
-¿Cómo? No recuerdo muy bien lo que pasó. Solo recuerdo que amanecí con dolor de cabeza.
-Se llama Delilah.
Davin se quedó perplejo y carraspeó un poco.
-¿Tu me llevaste con ella? -Preguntó con la voz un poco ronca.
Asentí.
-¿Te dijo algo? -Cuestionó.
-No me dijo nada, solo que... Me sorprendió que quisieras que te llevara ahí. De hecho... También se drogó frente a mí. ¡Pobre chica!
-Es parte de mi familia. -Respondió sin más.
-Me gustaría ayudarla también ¿Sabes algo? Estuve buscando lugares en los cuales te pueden ayudar y encontré algo más que un centro de atención, tipo una cafetería. No hay necesidad de internar a los pacientes, es de tipo ambulatorio. Tienen especialistas en el manejo de las drogas, y además es un programa gratuito. Podemos ir ahí a pedir información ¿Que te parece?
Le di el folleto y lo vió detenidamente, su atención se enfocó en una de las páginas unos minutos y le hice una seña para sacarlo de su trance.
-¿Davin? ¿Estás bien? -Pregunté un par de veces.
-¿Puedo decirte algo? -Preguntó.
-Claro, lo que gustes.
-Voy hacer lo posible por estar mejor para ti. No mereces mi peor versión. Tu te mereces lo mejor de mi y voy a luchar por dártelo.
Se acercó lentamente a mi, dio un beso en mi mejilla y me susurró que me quería.
-Te tengo una sorpresa. -Susurró.
-¿De que se trata?
-Lo verás en cuanto salgamos de clase.
El timbre y su teléfono sonó, se disculpó conmigo y ambos nos fuimos a nuestros respectivos edificios a clase.
Entré al salón y me senté en mi habitual sitio de atrás. Acomodé mis cosas y justo cuando voltee al frente, Lauren y yo hicimos contacto visual. Casi de inmediato quitó su vista y agachó la mirada.
No le presté atención y me enfoqué por completo en la clase de idiomas. Ésta vez sí o sí tenía que concentrarme para poder exentar la materia.
Después de dos eternas horas de clase. Salí del edificio y me encontré con Davin. Estaba dormido debajo de uno de los árboles y tenía la gorra puesta en su rostro para cubrirse.
Decidí jugarle una pequeña bromita para que despertara.
-¡Esto es un asalto! ¡Dame todo lo que tengas! -Susurré con mi mejor intento de voz de hombre.
-Solo tengo un corazón que muere de amor por Nazli Hendell ¿Le sirve? -Dijo con su hermosa voz ronca.
-Con eso será más que suficiente. -Le di un pequeño beso en sus labios y él dio uno más en mi frente.
-¿Vamos? -Extendió su mano para que la tomara y eso hice.
Caminamos juntos y en todo el camino no dejamos de platicar y de reír por cosas insignificantes.
Llegamos a un pequeño parque cerca del muelle y nos sentamos en el césped.
-¿Estas lista para ver tu sorpresa?
Asentí.
Davin soltó un chiflido y de inmediato, un señor que se encontraba en una camioneta de helados salió de su negocio y se acercó a nosotros junto con dos personas más.
-¿De que se trata esto? -Cuestioné
-Ya verás.
Uno de ellos sacó un pequeño mantel y lo extendió en el césped, el otro señor abrió una pequeña canastilla y saco unos platos, cubiertos, unos vasos. Y el último señor sacó una cajita con mucha comida y unas velitas blancas. Las encendió y no pude evitar sonreír por todo.
-¡Dios mío! ¿Cómo hiciste todo ésto? -Pregunté realmente sorprendida.
-Nada que un poco de imaginación y unos buenos amigos no puedan hacer. -Guiñó su ojo y me dio un rápido beso en la mejilla.
La comida lucía realmente deliciosa. Nos dejaron un pequeño bufet con sandwiches, trocitos de fruta, waffles, miel y mermelada, jugo de naranja y dos vasos de helado con varias bolitas de sabores.
Platicamos cosas triviales. Davin me pidió que le recomendara libros y me alegró mucho que mencionara que tiene fé en que los libros y la rehabilitación que tomará le ayudarán a mantener su mente ocupada.
-¿Tu libro favorito cuál es? -Preguntó.
-Ya que tú me recomendaste el libro "el perfume" y es literatura de misterio, creo que te gustará mi libro favorito. Puedo prestártelo si quieres.
-¡Me parece una excelente idea! -Exclamó.
Saqué el libro de mi mochila y se lo dí. El aprecio la portada, lo hojeó y finalmente lo guardo en su mochila.
De repente, aplaudió dos veces y el señor del carrito de helados sacó un control, pulso un botón y sonó una canción instrumental muy hermosa.
Davin se levantó del césped, me dio su mano para levantarme y me hizo bailar.
Nos quedamos bailando por un largo instante. El mundo se detuvo, el tiempo se pausó. Solo éramos él y yo. Nada mas importaba, no importaba la gente que iba pasando o lo que pudiesen pensar. Solo nosotros dos disfrutando de este increíble momento.
-Quiero ayudarte, Davin. Quiero ayudarte porque en serio me importas. -Susurré a su oído.
-Y tu me importas más que nada en este mundo, Naz. Eres un angel.
-Haremos esto juntos. -Tomé su mano y la entrelacé con la mía.
Nos quedamos en el parque, observamos el atardecer y finalmente nos despedimos de los amigos de Davin, no sin antes darles las gracias por todo lo que hicieron para que nosotros tuviéramos este momento.
Davin me acompañó a casa, me puso su chaqueta para protegerme del frío y me abrazó fuertemente todo el trayecto, como si de éste abrazo dependiera su vida.
Finalmente al llegar a casa no queríamos despedirnos, Davin fisgoneó para asegurarse que mis padres no estuvieran cerca y me dio un beso.
Nos quedamos a milímetros, sostuvo mi cara entre sus manos y le susurré la única certeza que tenía en ese momento.
-Te amo.
Davin se quedó mudo, en shock. No sabía que decir o que responderme y solo me abrazó fuertemente y me cargó dándome vueltitas.
Rápidamente di otro beso en mis labios, nos dijimos buenas noches y lo vi marcharse a casa.
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Renuncio al amor© ✅
Teen FictionNazli Hendell se ve en aprietos cuando por culpa suya, se da por terminada una importante entrevista para su crush Davin Olsenwood, sin imaginar que ese error de reportera la llevaría a conocer al amor de su vida... Quién al parecer sabe más de ella...