4. Regalo sorpresa

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SIETE MESES ATRÁS....

Han pasado días desde el incidente en la biblioteca con Davin, a quien le prometí hacer mi más grande esfuerzo por tratar de confiar en él.

Esto implica que deje de importarme el tener que recibir malos gestos y muy probablemente bofetadas mentales del parte del club de fans de Davin Olsenwood, que sinceramente, han sido los momentos más dificiles con los que he tenido que lidiar.

Tal y como ahora, que le estoy prestando atención a la plática de un par de chicas detrás mío susurrando cosas sobre mi.

-¿Nos vemos cuando termine la clase? -Me preguntó, pero sinceramente no le presté atención. -¡Naz! ¿Estás bien? -Pasó su mano varias veces en mi campo de visión y salí de mi trance.

-Lo siento... Estaba... Mejor dicho, no estaba aquí. -Titubee.

-Ya lo noté, Naz ¿Ocurre algo?

Dude mucho en decirle a Davin lo que estaba pasando por mi mente. Pero sabía que si no le decía nada muy probablemente estaría insistiendo el resto del día para que yo hablara.

-He tenido mucho trabajo con Gretchen, es demasiado, tanto que no logro terminar y me estresa. -Mentí.

Davin frunció el ceño, dudando en creer mi mentira, quizá no creyó en lo que le estaba diciendo, pero sonrió y me dio un fuerte abrazo. Un abrazo tan fuerte, que toda la universidad se nos quedó viendo.

-¿Que haces? Todos nos están viendo. -Me aparté de el rápidamente y Davin rió.

-¿Y?

-¿Acaso quieres que tu club de fans me asesine por ésto?

-¡Te dije! Eres pésima para mentir. He ahí la verdadera razón de tu comportamiento.

-¡Hablo en serio! -Espeté.

Davin soltó una carcajada. Fruncí el ceño y apreté mis dientes para evitar hacerle daño.

-¡Ay Nazli! ¡Eres una ternurita! -De un momento a otro alborotó mi cabello y pellizcó mi mejilla con sus dedos. -¡Me encantas!

Davin subió a una de las bancas de la escuela y soltó un par de aplausos para llamar la atención de todos.

-¿Que haces? Bájate de ahí. -Le dije entre dientes.

-¡Escuchen todos! Quiero que sean testigos de lo que voy a decir. Nazli Hendell será mi novia y el amor de mi vida. Así que, a partir de ahora, el club de fans de Davin Olsenwood queda clausurado. No más fans, no mas acoso y sobre todo, queda prohibido hacerle algo malo a mi chica ¿Está claro?

Rápidamente tomé a Davin del brazo y le ayudé a bajar. Le pedí que guardara silencio e incluso tapé su boca con mi mano pero siguió balbuceando.

-Una disculpa... El no... No se siente bien. -Titubee al grupito que se había formado a nuestro alrededor para ver el show que acabamos de protagonizar.

Caminé con Davin tomado de mi mano y aún tapando su boca y tuve que soportar las miradas de toda la universidad puestas en nosotros dos.

-"¿En serio Davin anda con esa perdedora? Mírale el atuendo, parece sacado de las rebajas". -Susurró/gritó una chica que iba pasando por nuestro lado.

-¿Ah si? Pero mira el tuyo, parece que llevas puesto trozos de tela con esa vestimenta. -Respondí con ironía.

La chica salió de nuestra vista muy ofendida por lo que le dije.

En cambio Davin, me miró sorprendido y admirado.

-¡Nazli Hendell! No conocía ese lado agresivo tuyo. -Rió.

Había olvidado que él seguía aquí, por eso respondí como lo hice. Pero era demasiado tarde para retractarme Además, estaba de malas.

-Se lo que debes estar pensando. Pero no soy así, soy hostil y malhumorada cómo tú dices. Pero... Nunca había llegado al grado de ofender a alguien como lo hice ahora. Debería disculparme.

-No. -Espetó y sujetó mi mano. -No tienes por qué disculparte, ella fue mala contigo.

-Las cosas no funcionan así, Davin. Recibes lo que das.

-Si, lo entiendo. Pero te repito, tu no empezaste, ella fue mala contigo. Si de verdad lo hubiese sentido, se habría disculpado por ofenderte. Pero no lo hizo.

-Aun así...

-Aun así nada. -Me interrumpió. -Necesitas tener un poco de malicia, Nazli. Si no el mundo terminará por hacer contigo lo que quiere.

-Solo... Olvidemos esto. -Concluí.

-¿Me acompañas? -Davin puso su brazo para que yo entrelazar el mío y repliqué con sarcasmo:

-¿Acaso tengo otra opción?

Davin me llevó a ver uno de sus entrenamientos porque le prometí que lo haría si me dejaba subir una entrevista e imágenes exclusivas del equipo a mi blog de Gretchen. Así que... Favor con favor se paga.

Me quedé sentada en las gradas viendo a los jugadores entrenar y patear el balón una y otra vez, así como hacer estiramientos y correr por toda la cancha.

-¡Vamos Olsenwood! ¡Es tu momento de lucirte! ¡Tienes una chica que impresionar! -El grito del entrenador me tomó por sorpresa y no pude evitar ocultar mi rostro con mis manos.

Vi de reojo entre mis dedos a Davin y me lanzó un beso. El resto del equipo le dedicó una porra por su gesto.

Al término del entrenamiento, esperé a Davin para poder hablar con algunos jugadores del equipo, nos sentamos en una de las mesas de la cafetería y saqué la grabadora portátil y mi cuaderno para hacer notas de las entrevistas.

Davin me observó admirado durante la entrevista de uno de sus amigos y dejé fluir mi lado Gretchen periodista-escritora.

Finalmente y no menos importante, le hice la entrevista a Davin. El resto de los jugadores lucían verdaderamente emocionados de vernos a Davin y a mi juntos.

-¿Algo más que quieras agregar para terminar la entrevista?-Pregunté.

-Seguro. -Se sacó su sudadera deportiva y me la dio. Me hizo una seña para que la tomara y la admiré, el color rojo brillante de la tela, su apellido y el número diez grabados en la espalda. -Quiero darle mi sudadera a mi más grande admiradora y me gustaría que la conserve. Quiero que la lleve puesta en la universidad y todo el mundo se de la oportunidad de conocer a la increíble y talentosa chica que se oculta detras de las letras y la redacción de Gretchen la escritora.

No pude evitar sonreírle y darle un abrazo.

"Y claro que el mundo verá a Gretchen con la sudadera del mejor jugador de los Alces" . -Pensé.

Renuncio al amor© ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora