17. ¿Promesa?

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TRES MESES ATRÁS...

Falta solo un par de días para que sea el partido debut de la liga menor de la Universidad y no hay otra cosa de la que se hable en la escuela que no sea ésto.

Davin se ha preparado incansablemente para el partido, asiste a sus entrenamientos con tiempo de anticipación y se queda horas extra para practicar y lo comprendo perfectamente, ya que es su oportunidad para que los cazatalentos del estado se fijen en él y el gran desempeño futbolístico que tiene.

Desafortunadamente Davin no ha podido asistir a sus terapias por los entrenamientos, tampoco hemos podido vernos tan seguido o coincidir entre clases, puesto que su agenda ya no coincide para nada con la mía.

El día de hoy me preparé mentalmente para avanzar con mi proyecto final de redacción. Llegué temprano a la cafetería y pedí un delicioso café de vainilla con mucha espuma para despertarme y motivarme.

Me senté en una de las tantas mesas vacías y abrí mi laptop, la imagen de portada del blog de Gretchen la escritora
iluminó mi pantalla.

Realmente tenía días sin revisar las notificaciones, todas eran bastante buenas y el apartado con más relevancia fue el apartado literario que cree, llamado; Caótico mundo literario. En el cual, adjunté todos mis escritos, versos, notas y poemas para el gusto de los amantes de la poesía y mis notas tristes.

Di otro sorbo a mi café y actualicé todo el contenido rápidamente. Y, finalmente (después de media hora de procrastinar), me enfoqué en el proyecto de literatura.

Armé todo un diseño para hacer algo completamente en grande, algo como un periódico mural acerca de Gretchen y exponerlo. Hice el prototipo animado en mi computadora con diseño, imágenes, contenido y letras para después armarlo en físico de manera más fácil.

—Oye Nazli. Ya casi es hora de entrar a clase. —Me recordó una compañera.

Y efectivamente, faltaban cinco minutos para que el timbre sonara. Ésta vez no podía darme el lujo de llegar tarde a la clase de idiomas, creo que el profesor me tiene en un mal concepto desde la última vez que me levanté gritando como loca por culpa de Davin, tuve que salir corriendo de clase y evadirlo en la biblioteca.

Me senté en la parte de atrás, guardé mis cosas y saqué mi cuaderno y a escondidas mi grabador para grabar la clas y seguir estudiando en casa.

Después de dos eternas horas de la lección de pronunciación la clase terminó. La maestra de comunicación y lenguaje entró inmediatamente al aula antes de que el profesor de idiomas saliera, ambos se dedicaron una mirada fulminante y llena de odio. Él tomó sus cosas y salió de ahí.

La maestra sacó de su portafolio un espejo portátil, lo armó y lo puso frente  nosotros.

—Muy bien , alumnos. Ésta clase, haremos un ejercicio de comunicación personal, pasarán uno a uno y se colocarán frente al espejo, van a verse, les diré un par de situaciones y crearán una serie de consejos para sobrellevarlos ¿Entendieron?

La maestra nos pasó uno a uno al espejo.

Garret sujetó el espejo y no dejó de decir cosas sin sentido que no tenían nada que ver con la clase. Pero que resultaron muy graciosas.

Otros compañeros solo se quedaron parados sin saber que decir y  la profesora terminaba interpretando la situación por ellos.

Lauren se soltó a llorar y menciono que la situación que le había tocado interpretar le traía recuerdos sobre si misma. No pude evitar sentirme mal por ella.

Y finalmente, pasé yo.

—Nazli Hendell. La situación que tendrás que interpretar es ¿Que significa para ti escribir?

Me paré frente al espejo, me vi durante unos momentos y por un momento me sentí desnuda, pero desnuda en el sentido de que jamás me había sentido tan expuesta ante mis compañeros

Usualmente, siempre fui del tipo de chica tímida, mejor dicho reservada. Siempre preferí estar sola. Y, sinceramente, tener que verme ante un espejo frente a mis compañeros no es la situación en la que me había imaginado verme. Mucho menos es la sensación más agradable.

Cerré mis ojos, inhalé profundamente y deje que todas esas palabras que estaban nadando por mi mente finalmente fluyeran por mis labios.

Escribo, sin estar enamorada. Sin tener un corazón roto. Escribo sin odiar o resentir. Escribo porque me encanta la idea de que puedo crear personajes, mundos o historias. Escribo porque aprendo que narrar desde la perspectiva de un personaje masculino no es para nada igual al de un personaje femenino.
Escribo porque la poesía y el amor que hay dentro de mi no han sido del todo expuestas. Escribo con la esperanza de nunca olvidar lo que sentí, lo que pasó en su momento. Escribo para recordar. Escribo, para sentirme viva. Escribo porque nunca dejo de soñar. Escribo porque nunca dejo de latir. Escribo porque amo latir.

Abrí los ojos lentamente y me encontré con las miradas de todos mis compañeros muy atentos y enfocados en mi.

De repente, uno a uno se escucharon aplausos en todo el salón, me quedé perpleja, tratando de asimilar lo que acababa de suceder. Puesto que, únicamente me dejé llevar.

-—¡Fantástico! Muchas felicidades, señorita Hendell. Es la primera vez en mis quince años de ejercicio como docente que un alumno logra dejarme admirada. Tiene mucho talento vocal. Sin duda alguna, usted nació para ésto. — Agradecí y no pude evitar ruborizarme ante los halagos de la profesora.

Mis compañeros de unieron en aplausos y les brindé mi agradecimiento por ello. El timbre sonó y la profesora nos dejó salir de clase.

Le envié un mensaje a Davin para preguntarle como estaba, lo leyó pero no lo respondió.

Supuse que quizá estaba ocupado y fui a la cancha de fútbol. Esta vez sí habían chicos observando el juego desde las gradas, me acerqué a ellos y me quedé recargada en una de las vallas metalicas, pude verlo entrenar.

Lo vi correr, patear, dar indicaciones a sus compañeros y festejar sus pases de balón y goles.

Restaban solo dos minutos para que el partido de ensayo terminara, Davin tenía el balón, dos chicos se le acercaron y lo acorralaron, pero el fue más rápido e hizo un movimiento ninja rápido pateando el balón, el cual pasó entre las piernas de un chico y uno de sus compañeros de equipo recibió el balón.

Davin corrió hacia donde su compañero, ambos se pasaron el balón para despistar a los chicos del equipo rival y finalmente el balón salió disparado hasta la portería, anotando un gol.

Todos en las gradas festejamos el gol, el silbato resonó dando por terminado el partido y el equipo festejó su triunfo.

Davin salió de la cancha, quitó su camiseta y se fue a los vestidores.

Quité a las personas de mi camino para a poder llegar hasta el. Le hable repetirás veces y grité su nombre pero el ruido de sus compañeros volvió mi voz inaudible.

Llegué a él antes de que entrara a los vestidores y le di un fuerte abrazo por detrás.

—¡Hola!—Lo saludé.

Davin se giró para quedar frente a mí pero no respondió a mi abrazo en lugar de abrazarme me apartó rápidamente. Me tomó del hombro y me llevó a una esquina donde nadie pudiera vernos.

—Discúlpame, Nazli. Es que estoy sudado, no quiero empaparte de sudor. —Respondió.

—No te preocupes, comprendo perfectamente, Davin. Solo que te extrañaba y quería verte. —Rapidamente me acerqué para darle un beso en sus labios pero se apartó.

—Lo siento, Nazli. No ahora ¿Te veo en un par de días? Estoy muy ocupado. —Hizo una mueca.

—Claro. —Respondí.

—Te prometo que después del partido todo será diferente. —Puntualizó. Sacudió mi rizado cabello y se alejó sin más

Me quedé parada en el umbral del pasillo y mientras me alejé de ahí vino a mi mente un pensamiento fugaz:

"Davin acaba de prometerme algo y a él no le gusta prometer" .


Renuncio al amor© ✅ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora