Eres mi Alfa || Larry Stylinson

Harry

Harry aún recuerda cuando se presentó como Alfa, a pesar del molesto dolor y lo vergonzoso que fue...cree que fue uno de los días más felices de su vida.

Tenía catorce años y siempre quiso ser un Alfa, siempre admiro a su padre, la fuerza que poseía y como se veía siendo un alfa, el quería eso y por fin lo tendría.

Con el paso de los meses su cuerpo fue cambiando, haciéndose más fuerte, su olor a menta se fue haciendo más fuerte y atractivo para los omegas y todo era tal como lo había imaginado...era simplemente perfecto.

Todo fue grandioso hasta sus diecisiete años, cuando conoció a Glenda en una reunión familiar, ella era amiga de su prima y una alfa...no sé suponía que se sintiera atraído por ella, pero lo hacía; su olor a tierra mojada lo atraía en demasía y supo que algo mal pasaba con él.

Se intento convencer de que quizás, se debía a qué era una mujer bastante atractiva y que se habían hecho muy cercanos, pero el hecho de pensar en ella y su olor lo ponía mal, él no podía ser defectuoso, no tendría porque sentir atracción por alguien de su misma casta...se supone que su Alfa debería rechazar aquello, pero no fue así, era como si su alfa gozará con la compañía de Glenda y con su olor...trato de solucionarlo y tomo distancia, eso pareció funcionar, hasta aquel verano, en su último campamento.

Jimmy, era un Alfa de 20 años y su coordinador, el chico tuvo un descontrol con sus celos y le vino justo en medio del campamento, cuando Harry lo ayudo a llegar a una cabaña alejada, él olor del alfa en celo lo volvió loco...su alfa rugía internamente para que hundiera su nariz en el cuello del alfa y aspirará aquel olor a Whisky.

Eso no estaba bien, la manera en que se formó una gran erección en el pantalón tampoco lo estaba.

Dejo a Jimmy en la cabaña y corrió lejos de allí, al día siguiente llamo a su madre diciendo estar enfermo del estómago y pidiendo que por favor lo fuesen a buscar.

Recuerda llegar a su casa y llorar por días...no entendía, ni quería entender que sucedia con él, debía encontrar una solución a ello y lo mejor sería acostarse con cada Omega que pudiera, pensó que esa era una buena forma de no pensar o querer a otros Alfas de manera indebida.

Y lo hizo.

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Ahora tiene diecinueve años, está en su primer año de universidad estudiando psicología, juega en el equipo de fútbol, es popular y se acuesta con todo Omega que quiera.

Desde los diecisiete fue así y desde ahí no ha pasado ningún celo solo, jamás ha tenido problemas para tener sexo con alguien y  jamás ha confesado a nadie  el mayor secreto de su vida, eso fue algo que enterró hace años en su mente y a pesar de que cuando está en las duchas no puede evitar mirar a sus compañeros, finge  que no hay nada raro en él.

Él no puede ser un alfa defectuoso.

Confía en que encontrara a su destinado y que todas sus dudas quedarán enterradas muy lejos. Él encontrara al Omega que es perfecto para él y podrá vivir una vida plena y correcta, cómo debe ser.