ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 1

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Mi conciencia volvía lentamente dando comienzo a un nuevo día y con ello, el sabor metálico que gobernaba en mi interior me impulsó a levantarme del frio suelo ignorando las molestias que sentía por todo mi cuerpo. Carmesí, aquel diminuto espejo me revelaba mi desastrosa apariencia teñida del mismo color que mis ojos, los cuales pienso que optaron por ese tono por la gran presencia que tenía en mi vida.

Inundada de recuerdos de la noche anterior, me desnudé y dejé que el agua limpiara el desastre de mi piel, rememorando por el recurrido que esta hacia los gritos y las lágrimas de los demás especímenes y como su sangre se mezclaba con la mía pintando un nuevo lienzo sobre aquellas paredes blancas que invadían toda la estructura.

– X-019, tiene visita. – Resonó en la habitación, me llamaban.

Salí rápidamente de la ducha tras escuchar la megafonía, me enrollé una toalla por mi fina silueta y me situé en el centro de aquella sala sin muebles con las manos en la espalda esperando a que apareciese aquel hombre. Y como si mis pensamientos lo hubieran reclamado, apareció traspasando la puerta generando un gran estruendo por la pesadez de la misma.

La habitación se quedó en silencio provocando que sus prominentes pisadas destacasen, era un hombre de mediana edad, de cabello y ojos azabaches, vestía un uniforme de alto cargo militar y en la poca piel que mostraba se apreciaba grandes y pequeñas cicatrices llegando hasta a su cuello. Su escultura era ancha y grotesca, la edad no le había pasado factura a su trabajada musculatura. Tras analizarlo supe de inmediato lo que se avecinaba, tensé mi mandíbula y observé como lentamente cerraba su puño para en un veloz movimiento estamparlo en mi rostro. Caí a la superficie y sobre esta escupí la sangre que se había acumulado entre mis labios y me levanté manteniendo la misma postura que tenía.

Mi mirada coincidía agresivamente con la suya, parecía una batalla silenciosa acompañado por las gotas que caían de mi larga y mojada melena, ambos transmitíamos las ganas que teníamos por acabar con la vida del otro, pero la situación no nos lo permitía. Cansada de mirarlo mis peticiones fueron escuchadas cuando su grave y desagradable voz irrumpió aquel vacío.

– Ojalá pudiera arrancarte esos ojos, son iguales a los de ella. – Su rostro me decía que no mentía, aunque era indudable por como apretaba los dientes.

Lo miré con más asco al ver de sus labios como pronunciaba "ella", proseguí a contestarle. – Hice lo que me pediste, así que te toca cumplir con tu parte del trato. – Estaba firme y segura, no me intimidaba.

– Es cierto, ayer diste buenos resultados. – Se cruzó de brazos con una sonrisa horrenda.

Bufé. – Con que llamas "buenos resultados" a la masacre de ayer, ¿eh? – Lo miré burlonamente.

Se acercó a mi oído. – Sabes que estando aquí no puedo domesticarte demasiado, pero recuerda cuando estábamos los dos solos en casa. – Me escupió en la cara. – ¿No lo echas de menos?

– ¿Cuándo me dejarás verla? – No me dejé provocar a pesar de las escenas nauseabundas que atormentaban mi mente.

– Nunca.

Al instante lo agarré por el cuello preparada para darle un puñetazo con toda mi fuerza en su rostro.

– SEGURIDAD HABITACIÓN 3055. – Aquella voz del megáfono advertía de mis hechos.

– Tranquilos, no puede hacer nada. – Como si tuviese el máximo poder, sus escasas palabras lograron apaciguar la alarma que estaba sonando.

– ¿Quién te asegura que no te rompa la nariz ahora? – Me acerqué reforzando mi agarre.

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠 𝕔𝕒𝕣𝕞𝕖𝕤𝕚 ♡𝕔𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora