ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 12

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Corríamos por las escaleras hasta llegar a los pasillos, sentí el agarre de Ann reforzarse y seguimos adelante donde la conmoción surgía, los gritos y el caos se generaban en la sala de la entrada. Al llegar, todo estaba infestado de gente, no nos dejaban acercarnos, el miedo reinaba en los rostros de los jugadores y al mirar a mi acompañante me di cuenta que su atención recaía en la figura que surgía en lo que parecía un balcón en la planta superior.

– ¡Camaradas! – El silencio inundó. Era el sombrerero. – ¡Las serpientes han osado entrar en nuestro territorio! – Algunos gritos surgieron expectantes por el dato. – ¡Pero no preocuparos, hemos reducido la amenaza y los capturamos! ¡Nadie perturbará la playa! – Tras aquel discurso, empezaron a vitorear hasta que llegó los paramilitares.

– ¡Apartad! – Nos empujaban complicando la visión de lo que sucedía.

– Sombrerero, aquí tienes a estas putas serpientes. – Una chica que cargaba un rifle empujó a varios hombres amordazados. – Solo eran 5.

¿5 jugadores? Que ganaban trayendo solo a tan pocos...Tras pensarlo un momento, la respuesta vino a mí.

– Quitarles la cuerda, quiero escucharlos. – Al momento de hacerlo, sus gritos surgieron.

– ¡Un mensaje! – Estaban en pánico, llorando y hasta rogando algunos por su vida. Debían ser los secuaces de menor nivel, por su aspecto no parecían importantes. – ¡Tenemos un mensaje!

– ¡Dejar de llorar! – Niragi le dio un golpe en la nuca a uno que parecía estar rezando mientras derramaba lágrimas sin control.

– ¿Qué mensaje? – El líder de la playa cambió el tono a uno serio.

– ¡Un trato! – El único cuerdo habló. – Queremos un intercambio.

La confusión reinó, la gente se mantuvo en silencio asimilando los acontecimientos, en mi caso, intercambié miradas con Ann y en ambas se podía ver que no sabíamos nada al respecto. Sin embargo, en mi interior una loca posibilidad surgió, era imposible, pero la mínima sospecha de serlo me mantuvo en alerta ante las siguientes palabras que resonaron en todo el salón. Momento, que sentí a cámara lenta.

– ¡Darnos el X-019 y os dejaremos tranquilos para siempre! – Su grito le dio la razón a mi aloca idea.

Mientras que todos asimilaban lo dicho, el sombrerero habló. – ¿Qué es X-019? – No contestaron.

– ¡Habla maldito! – Empezaron a golpearlos generando que la gente se apartara permitiéndome ver mejor la escena, vestían ropas militares.

– ¡No lo sabemos! ¡Solo nos dijeron que diéramos el mensaje! – Decían la verdad.

– ¡No mintáis! – Aguni le acertó una patada al que habló. – Tú, llévalo abajo, vamos a entretenernos hasta hacerlos hablar. – Gritaron desesperados.

Parecía una broma de mal gusto lo sucedido, pues tras levantarlos aquellos rayos rojos iluminaron la sala dejando detrás de ellos un desierto silencioso, eran tan solo unos mensajeros destinados a morir la misma noche, aquellos métodos los reconocí. Eran ellos.

Nadie se movió de su sitio, analizaban lo sucedido hasta que una voz rompió el shock haciéndome actuar. – ¿Dónde está Fuyuka? ¡Traerla! – El líder me buscaba con la mirada y Ann me miraba sin comprender, la aparté haciéndome paso.

– Aquí estoy. – Levanté el brazo hasta salir de la multitud y quedar en el centro de la escena. – ¿Me buscabas? – Le sonreí y sentí como caía sobre mí la curiosidad de los presentes.

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠 𝕔𝕒𝕣𝕞𝕖𝕤𝕚 ♡𝕔𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora