𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠 𝕔𝕒𝕣𝕞𝕖𝕤𝕚 ♡𝕔𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒♡

ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 21

Durante el recorrido hacia el comedor, la presencia de las miradas juiciosas sobre nosotros era evidente, nadie las ocultaba. Todos querían respuestas y nosotros no nos resistiríamos a dárselas, pues cómo si fueran trofeos, tanto Chishiya como yo, lucimos los rastros de nuestro momento nocturno. Algunos ojos parecían saciarse con las vistas y otros, simplemente las ignoraban, nos servía con sembrar la semilla de la duda en sus mentes.

Seguimos nuestro camino hasta llegar a la entrada del comedor, dónde reconocí al resto de nuestro grupo y nos sentamos junto a ellos.

– Buenos días. – Me senté a un lado de Usagi, quien me saludó sorprendida. – Lamento cómo me comporté ayer. – Miré a los dos.

– No tienes que disculparte, me alegra que estés bien. – Sonrió, hasta que se volteó avergonzada, había visto las marcas.

– Pienso igual, me tranquiliza ver que estas mejor. – Una mirada sosegada se pintó en el rostro de Arisu.

– Gracias por lo de ayer, tenías razón. – Le sonreí.

– Te debía una. – Todos estaban confundidos.

– ¿Qué pasó? – Preguntó Kuina.

– Nada, solo me dio algunos consejos. – Empecé a servirme un par de tostadas en el plato, hasta que sentí la mirada de Chishiya. Entonces, con tranquilidad me fui acercando a su mejilla dejando un beso corto. – En la esquina derecha hay alguien vigilando, han cambiado de persona para no levantar sospechas. – Susurré al alejarme.

Al separarme pude ver cómo en su rostro reflejaba un "no te preocupes", la confianza que emanaba era evidente.

La tos de Usagi trajo la atención de todos. – Entonces... ¿es cierto que estáis juntos?

– Si. – Soltó de golpe generando un silencio, el cual no le impidió tomar un sorbo de su café calmadamente.

Por mi parte, me vi obligada a suavizar la declaración. – Simplemente surgió.

– ¡Cómo que "simplemente"! – Refutó Kuina incrédula. – Se notaba de lejos la tensión que había entre ustedes dos.

– Tienes razón, hasta yo lo noté. – El comentario de Arisu no ayudaba.

– Cambiemos de tema. – Rápidamente añadí. – ¿Y vosotros? – Arisu me miró confundido sin saber a lo que me refería. – ¿Es enserio?

– Déjalos Fuyuka, si vosotros sois cabezotas ellos son ciegos. – Me reí ante el comentario de Kuina.

– ¿Eso fue un insulto indirecto? – La reacción de Chishiya generó un ambiente lleno de carcajadas.

Se sentía bien el poder socializar sin la preocupación de los intereses de uno, era molesto la presencia de aquel jugador observándonos, pero si quería saciar su curiosidad, que lo hiciera.

Nos quedamos desayunando un buen rato hasta que decidí levantarme.

– ¿A dónde vas? – Me miró confundido Chishiya.

– Voy a la planta baja a hablar con Ann, quiero agradecerle por ayudarme. – Posé mi mano en su hombro. – Puede que tarde. ¿Qué vais hacer ahora? – Pregunté en general.

– Teníamos pensado pasar el día en la piscina, hoy hace mucho calor. – La pelicorta contestó.

– Pues nos vemos allí. – Me despedí, sintiendo la pesada mirada del rubio, estaba segura que en su cabeza me veía como alguien a quien les seguían los problemas. Y no se equivocaba.