ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 34

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A pesar de que me esperaba una larga noche y quería descansar todo lo posible antes de irme, Kuina y Usagi me retuvieron en contra de mi voluntad convirtiéndome una vez más, en su muñeca de juegos. Muchos vestidos pasaron por mi piel, cada uno más distinto que el anterior, mientras me cambiaba en el probador, dejé la chaqueta con el arma escondida en una esquina y cuando pensaba que habíamos terminado, mis manos recibieron otra prenda más.

– Voy a aborrecer el ir de compras. – Reproché mientras ambas se observaban entusiasmadas.

– Este es el último, prometido. – Decidí creer en Usagi y acepté probármelo.

– Se nos está haciendo tarde así que os quiero quietas sentadas en el sofá. – Alcé la voz mientras me cambiaba nuevamente. – ¿Cómo me lo pongo? Es demasiado estrecho.

Escuché detrás de la cortina. – Tiene una cremallera en el costado. – Kuina solventó mi duda.

Una vez subida, salí de aquel claustrofóbico espacio inundado de ropa. – ¿Contentas? – Di una vuelta y alcé los brazos. – No voy a probarme ninguno más. – Las miré extrañadas por la falta de respuesta. – ¿Todo bien?

– Kuina, ¿ves lo mismo que yo? – Me ignoraron completamente.

– Lo hicimos. – Compartieron una miraron y se abrazaron. – Fuyuka estás divina.

Asintió la otra. – Ese es, ponte estos tacones. – Vi cómo agarraba unos de aguja medio altos.

– No parecen muy cómodos. – Comencé a cruzar la cinta varias veces alrededor de mi tobillo.

– Tú pruébalos. – Usagi insistió.

Entonces me levanté y comencé a caminar. – Pensé que sería peor.

– Tus piernas son demasiado largas. – Nos reímos por el comentario de Usagi.

– Gracias a las dos. – Fijé mis ojos en el reflejo del espejo. – Es asombroso lo que puede hacer la ropa. – Volteé apreciando mis notorias curvas.

– Mi obra maestra. – Kuina añadió orgullosa, era evidente su gran habilidad por su experiencia trabajando en una boutique.

– Por fin libertad. – Suspiró Usagi. Todas estábamos cansadas.

Con prisas, volví a vestirme con mi atuendo de la playa y sosteniendo en una gran bolsa el resultado de nuestro laborioso día, salimos corriendo por la caída del sol. Agradecí que Ann nos avisara de esta tienda tan cercana al edificio, eso nos ayudó a llegar justo a escasos minutos antes de que cerrasen las puertas. Respiramos tranquilas cuando entramos al salón principal, la festividad era la misma de siempre.

– Vayamos a dejar las cosas y nos vemos para cenar, ¿os parece bien? – Declaró Kuina, a lo que Usagi asintió.

– Arisu y Chishiya tuvieron que llegar antes que nosotras, los buscaré. – La pelicorta aclaró.

Tuve que intervenir. – Yo estoy un poco cansada así que me voy ya a dormir. Compartiré cuarto con Ann hasta que las cosas se relajen un poco.

– ¿Estás segura de esto? Tal vez todo fue un malentendido. – Usagi tras su declaración sin malas intenciones, recibió un codazo de Kuina.

Sonreí. – Ya está todo hablado. Nos vemos mañana. – Me adelanté y comencé a subir las escaleras en dirección a la última planta.

Echaba de menos el ajetreo de la playa, me ayudaba a desviar la atención de mis pensamientos. Por las conversaciones, todos hablaban del próximo evento, buscando parejas y presumiendo conjuntos; un verdadero dolor de cabeza. Derrotada, abrí la habitación de Ann y al ver que el baño estaba cerrado llamé.

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠 𝕔𝕒𝕣𝕞𝕖𝕤𝕚 ♡𝕔𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora