ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 24

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Las promesas son contratos escritos por las palabras y grabados en el alma de los firmantes, llenado sus corazones de esperanzas, sueños y expectativas, algo que puede simbolizar una razón para esperar al futuro, o en mi caso, una nueva razón para temer las arenas del tiempo, las cuales nunca se detienen a mi favor.

Mis cartas eran limitadas y débiles, sin embargo, con la jugada que tenía planeada, mi baraja me daría la victoria, todo tenía que salir como pensaba, nada podía salirse de mi control, no obstante, algo se escapaba de mis garras, y eso era las acciones de Chishiya. Sus palabras conseguían apaciguar mi angustia, pero alguien que solo ha sufrido de traiciones, engaños y dolor, no puede olvidar sus viejas costumbres. Nuestra confianza es mutua, pero mi tranquilidad me obliga a mantener unos ciertos límites. Cuando todas las cartas estén sobre la mesa, las descubriré para él, pero serán inamovibles, sin tiempo a cambiarlas.

Mientras lo observaba vendarme no podía evitar pensar en el futuro y el camino que tenía que recorrer para alcanzarlo. Poco a poco, las primeras piezas empezaban a encajar, pero me seguía faltando algo.

– ¿En qué piensas? – Me percaté de cómo me observaban sus ojos atentamente.

– Sobre este mundo, definitivamente estamos vivos, pero hay tantas preguntas sin respuestas...si tan solo hubiera alguien que pudiera resolverlas. – Concentré mi vista en la ventana. – La gente vive embriagándose de ignorancia, solo juegan y se divierten, nadie lucha por intentar saber cómo escapar.

– Nosotros somos diferentes, encontraremos las respuestas y ganaremos el juego. – Su respuesta sonaba segura y formidable.

– Empiezo a pensar que reunir las cartas es una estupidez. – El aire se escapó de mis labios formando un suspiro.

– No lo sabremos hasta que lo intentemos, listo. – Se levantó de la cama llamando mi atención. – Se nos ha hecho un poco tarde, ¿vamos al comedor? – Estiró su mano, la cual acepté y me levanté.

– Eres más caballeroso de lo que pensaba. – Sonreí. – Me haces sentir como si fuera algo delicado.

– Lo eres.

Pestañeé consecutivamente, digiriendo sus palabras. – ¿Enserio lo crees? – Con solo ver mi piel, era evidente que no era un zapato de cristal.

Desvió la mirada hacia el armario, donde se dirigió. – Hasta los muros más inquebrantables pueden caer si quitas la piedra correcta. – Lo observé en silencio, hasta que una prenda llegó a mis brazos. – No lo pienses más y vámonos.

Sonreí pícaramente. – ¿Estás avergonzado? – Me puse la chaqueta sobre mi bikini rojo y lo seguí hacia la salida. ­– ¿El gran Chishiya está sintiéndose tímido? – Me agaché intentando observar su rostro.

– Veo que hasta puedes comportarte cómo una niña pequeña. – Una sonrisa burlona se dibujó en sus labios.

– No me cambies de tema. – Una risa ocupó mis palabras, era divertido tener momentos así.

Seguimos conversando de otros temas, pues me fue imposible intentar que respondiera a lo que quería, sus habilidades para conducir la charla a donde querían eran notorias, debía de admitir que era más experimentado que yo en ese terreno. Nuestra ruta terminó en el salón principal, donde volvimos a coincidir con los jugadores que consideraba ya mi equipo.

– Perdón por tardar, ¿comisteis ya? – Pregunté en general.

Arisu me contestó. – No, estábamos a punto de ir, ¿te encuentras bien? – Empezamos todos a dirigirnos al comedor.

𝕊𝕖𝕔𝕣𝕖𝕥𝕠 𝕔𝕒𝕣𝕞𝕖𝕤𝕚 ♡𝕔𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora