-3- A falta de un día.

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Era sábado y Alexia no había puesto la alarma del despertador, ya que no había clase.

Alexa se levantó a las seis de la mañana, se vistió rapidamente, cogió su mochila con el mapa, una botellla de agua, un bolígrafo, su móvil y una linterna.

Al salir, no había nadie en el pasillo así que se lo tomó con calma y salió a la calle, se dirigió hasta la ventana entre cerrada del director. Abrió la cristalera del todo y saltó hacia dentro. Cogió las llaves de la puerta de la cafetería y se las guardó en el bolsillo de sus vaqueros. Fue a la cafetería y habrió con las llaves que había cogido minutos antes. Se dirigió al buffet libre, ya preparado desde ayer por la noche y cogió un zumo y unas magdalenas.


-Último desayuno antes de los dieciocho. Bueno, tampoco es de lo peor.

-¿Te pensabas que ibas a desayunar sola, hermana?

-Joder Alexia, que susto. ¿Qué haces aquí?

-Te oí levantarte y te seguí.

-Vaya, la chica más obediente de este orfanato incumple las reglas entrando en un sitio en el que he tenido que robar la llave del despacho del director para entrar.

-Nunca se te ocurre nada bueno. ¿Por qué vas con gorro si estás quí dentro?

-Me voy.

-¿Qué? ¿A dónde?

-Vente.

-No podemos salir hasta que no nos lo digan.

-Nada, no vengas, no te obligo.

-...

-¿No te pica la curiosidad por saber lo que estoy haciendo?

-Bueno... Quizá un poco...

-Lo sabía, te espero en la puera principal en un par de minutos.

-¿A dónde vas?

-A devolver las llaves a su sitio.

-¡EY GENTE, NO OS LO PERDÁIS, ALEXIA BARK VA A DEVOLVER UNA COSA A SU SITIO, DIOS MÍO, LA PRIMERA VEZ EN VUESTRAS VIDAS QUE VEIS HACER ESTO A MI HERMANA!

-Y la última. Shhhh, callate imbécil nos van a pillar por tu culpa.

-Perdón, perdón.

-Bueno, menos hablar y más andar. Vamos, salgamos de aquí.

-Sí, te espero en la puerta.

-Vale, venga, date prisa.


Alexa y Alexia salieron de la cafetería. Alexa devolvió las llaves al despacho, y su hermana se quedó enperando en los escalones de la puerta del orfanato.

Después de un cuarto de hora, Alexa fue a reunirse con ru hermana.


-Alexa, te hace falta ir a clase de mates, me has dicho dos minutos, no quince.

-Es que he tenido que ir a por algunas herramientas.

-¿Herramientas?

-Sí.

-¿Alexa, que vamos a hacer?

-Contruir.

-¿El qué?

-Una casa.

-¿Perdón? ¿He oído bien?

-No, una casa grande no, una casa en un árbol.

-Mañana cumplimos los dieciocho...

-Si supieras los tíos buenos que se ven desde el árbol al que te voy a llevar...

-¡Tíos buenos!

-Jajajaja, sí. Vaya, creía que estabas menos desesperada...

-Alexa, hace un año que no tengo novio, tú lo tienes tan fácil... Eres guapa, tienes los ojor brillantes, eres divertida...

-Oh, si, ya, y tú por lo que veo un poco cortita.

-¿Perdona?

-Perdonada.


Alexia suspiró, su hermana le ponia de los nervios.

Las gemelas caminaron hasta uno de los lados de la pista de fútbol americano, había un árbol de unos 16m de alto. Era grueso y sobresalían ramas que Alexa ya había cortado para poder subir a la copa.

Las dos subieron a lo alto del árbol. se sentaron en unas ramas anchísimas en las que podían estar incluso tumbadas.

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