Alexa regresó al árbol gigantesco en el que estaba su hermana.
-¿Ya lo has pegado todo?
-Sí, ya está. ¿Y tú de dónde has cogido esa goma espuma?
-De las colchonetas del GYM.
-¡Estás loca!
-No pasa nada, la colchoneta era fea...
-Tú si que eres fea.
-Si yo lo soy, tu tambien.
-Jodeeees Alexa, no me toques las narices.
-No lo hago.
-Bueno, y ahora ¿qué hago con estos palés?
-Tienes que subirlos al árbol, obviamente con mi ayuda y despues, colocarlos como una pared.
-Es imposible.
-A ver, no todos los huecos quedarán cubiertos, pero sí la mayoría.
-Está bien.
Pasaron unas tres horas hasta que acabaron la cabaña. A las nueve ya estaba la gente desayunando, los niños jugando y los profesores hablando.
-Oye Alexia, ¿subimos a la cabaña a mirar el partido de fútboul americanou?
-¿Por que pones acento extranjero?
-Para hacer la gracia, pero no pillas una, hija mía.
-Anda sube.
La dos hermanas subieron a la cabaña, que por muy poca experiencia que tuvieran, no se podía decir que les había quedado mal.
Al subir empezaron a salir chicos de los vestuarios, cada uno con la equipación de un color, negra o roja.
Los dos quarterbacks de cada equipo se dirigieron para desearse buen partido.
Se colocaron en sus posiciones y el cronómetro empezó a correr.
-Dios mío, has visto que tíos tan...
-Buenos... -dijo Alexa casi babeando-.
-Me pido al doce de los rojos. -dijo Alexia señalándolo desde arriba-.
-Yo al quarterback de los negros. -añadió Alexa-.
-Todavía no les hemos visto las caras, y no se las veremos, con esos cascos...
-Ya, pero bueno, ya investigaremos, ¿no?
Al acabar el partido, con una victoria de los Red Devil (equipo rojo) Alexa y Alexia bajaron del árbol hacia la cafetería para comer.
Al entrar, se sentaron al lado de Neithan, el jugador doce de los Red Devil.
-Enhorabuena, habéis jugado muy bien. -dijo Alexia sonrojándose.
-Gracias. ¿Os conozco? Sabía que por aquí había unas gemelas muy guapas, pero no las llegué a ver nunca. -respondió el chico.
-No, pero tampoco es que seamos nuevas, para nada... -añadió Alexa mirando a su hermana.
-¿Tanto tiempo lleváis aquí? -preguntó Neithan.
-Perdí la cuenta a los doce. -comentó Alexia.
-Diecisiete, hermana, diecisiete.
-Pero es imposible que nadie haya preguntado por vosotras.
-Dicho así, parece que somos objetos perdidos, chaval. -dijo Alexa-.
-Perdón, no era mi intención...
-¡No pasa nada! -le interrumpió Alexia todavía con los mofletes colorados-.
-Ejem, y bien, Alexa... -dijo su hermana dándole indirectas para que se fuera.
-Sí, eh... Adiós, encantada de conocerte Neithan, mi nombre es Alexa.
-Encantado yo también.
-Oh, ¿sabes quién es el quarterback de los Weither (equipo negro)?
-Más que saber quién es, llevo toda una vida con el...
-¿Hermanos?
-Exacto. Está en su habitación.
-¿Cuál?
-¿Piensas ir a verle?
-Of course.
-311. -afirmó Neithan riéndose.
-Para allá que voy.
-Bien, pues adiós hermana.
-Adiós Alexia.
Alexa fue hacia la habitación 311 masculina, ya que hay dos de cada una. Una habitación femenina y otra masculina.
Al llegar, se colocó el pelo en su hombro derecho, golpeó suavemente la puerta con su puño cerrado dos veces antes de abrir.
Un chico idéntico a Neithan estaba sentado sobre la cama con su móvil apoyado en el abdomen.
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IGUALES
Teen FictionAlexa y Alexia son dos gemelas nacidas en Clarence Center (USA). Con tan sólo un mes de vida fueron abandonadas en el viejo orfanato Laguna Negra. Tienen ya 17 años, tan solo faltan dos semanas para los 18. Estas gemelas están ansiosas por salir del...