D R A C U L A [Jeon Jungkook]

•CAPÍTULO 7•

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Estábamos alrededor de una fogata, todos mis hombres degustaban su cena y como no hacerlo, estaban cansados de tanto caminar y que mejor que un gran plato de comida.

Ellos comían gustosamente, saboreando cada bocado que introducían por sus bocas.

-- No comerás? -- dijo Taehyung.

-- No, no tengo apetito -- suspire para luego levantarme de la fogata e irme a mi carpa.

Claro que tenía hambre, pero no un hambre normal, tenía sed, mi garganta exigía la sangre de alguien.

En cuanto ingrese a mi carpa vi a Aura quien estaba acostada ya para poder descansar, intente calmarme y solo me senté en el borde del lugar que teníamos como cama.

De eso sentí unas pequeñas manos acariciar mi espalda, al darme la vuelta vi a mi preciosa Aura, quien no dudo en acercarse a mis labios, para formar un grandioso beso lleno de deseo.

Me fui acercando a ella para rozar nuestros cuerpos, el beso cada vez más se intensificaba, la recosté en la cama lentamente para luego quitarme la ropa que tenía en la parte superior y posicionarme en medio de sus piernas.

El deseo de hacerla mía me estaba torturando, mis manos recorrían cada parte de su cuerpo, mis besos bajaron hasta su cuello, quien con solo rozar mis labios escuchaba sus suaves jadeos.

Empezaba a desprender el vestido que traía, mis besos bajaron un poco más hasta el medio de sus senos, por un segúndo la observe y vi que Aura tenía los ojos cerrados, sonreí de lado para querer continuar con lo mío, pero mi mirada se poso en su cuello, que con solo verlo me dieron tantas ganas de morder, podía ver su sangre recorrer por sus venas.

El deseo me estaba ganando, estaba a apunto de hacerlo, pero de inmediato me aleje de ella.

-- Q-que pasa? - Dijo Aura algo desconcertada por mi acto.

-- S-solo necesito u-un poco de aire -- hable algo agitado -- P-perdón.

Me puse nuevamente mis prendas y salí sin más de la carpa, me aleje lo suficiente de ellos para poder estar solo.

Me maldije demasiado, mientras caminaba, no puedo creer que estuve apunto de lastimar a mi esposa, estuve a punto de arruinarlo todo.

Me detuve un momento para poder tranquilizarme.

No tarde mucho en darme cuenta que no estaba solo.

-- No creas que no me di cuenta que estas siguiendome -- hable a la nada.

Pero solo basto un momento para que alguien salga de los arbustos, me di la vuelta para verlo, era alguien que no conocía, parecía ser un vagabundo.

-- Se equivoca, los sigo a ellos -- apunto al cielo, donde había murciélagos volando de un lado a otro por todo el bosque -- La noche es su reino, la Sangre su sustento y muchos dicen que algunos han vivido desde que habido presas que devorar.

-- Evitame tus disparates -- hable, pero de repente este saco una cuchilla y me apunto con eso.

-- Dicen que el único que escapo de la montaña, se esconde detrás de la cara de un hombre.

-- Bueno si dices que yo soy ese hombre, sabes que de nada te va a servir tu cuchilla.

-- Claro que no, o por que cree que sigo aquí -- dijo para luego hacerse una cortadura en la palma de su mano y así apretar formando un puño, logrando sacar un poco de su sangre para llenarlo en una copa -- Se que en la tierra no hay suficiente distancia para que nosotros podamos huir -- en cuanto termino de derramar su sangre me ofreció la copa - Déjeme servirle.