Todo, Todo

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—Hola, koo—Dijo Namjoon con la voz bajita mientras entraba a la habitación. Cerró con cuidado, no era muy tarde en la noche pero Jungkook ya parecía dormido.

El ovillo envuelto en las sábanas se removió, y con dificultad abrió los ojos hacía él. Namjoon se sentó a su lado, y sonrió debido a la adorable carita adormilada del menor, movió sus cabellos desordenados y le dolió una vez más tener que estar viéndolo en una habitación de clínica, porque alguien desalmado prefirió tirarlo a la calle como un espanto.

—¿Estás cansado?

—Hmmh —Hizo un sonido en afirmación y tiro de su brazo con poca fuerza para acercarlo —Tengo mucho sueño —Se abrazó al cuerpo del mayor con los ojos cerrados, parecía embriagado por el sueño, a Namjoon le resultaba tierno y divertido por igual —¿Como te fue? —Preguntó con un pequeño murmuró pegado a su pecho que el doctor pudo distinguir y ante el recuerdo de lo que había vivido ese dia, el cálido sentimiento se esfumó

Revivió las miradas frías y confusas de la persona que lo atendió, las muecas repulsivas ante el recuerdo que querían olvidar, las palabras carentes de cualquier sentimiento o empatia de la mujer hacía la persona que ella misma engendro. El desentendimiento y el odio infundado. Namjoon no lo esperaba en lo más mínimo aunque Jungkook se lo había advertido.

Quizá fue demasiado duro con sus palabras, quizá se excedió al decirles con amabilidad que los vería en el infierno pero esperaba que sus palabras resonaran en sus cabezas vacías por un largo tiempo y sintiesen culpa que al menos por ese día no los dejase dormir.

Jungkook tenía razón, seguirían solos al final del día pero de no haber ido hubiese seguido con la constante sensación de que había un hogar que había perdido una pieza que querían recuperar. La realidad era que Jungkook era un mundo por sí mismo, uno que daría la vida por preservar.

—No valió la pena

—Hmm te lo dije —Le recordó con una risita nasal

—Lo siento, es solo- para hacerte libre necesito más apoyo y pensé-

—Namjoon, está bien, lo entiendo solo no estoy de acuerdo. Nosotros somos suficientes

Namjoon asintió, ahora lo sabía. Sólo los dos eran suficiente. Tenían que serlo.

—Te extrañé, hyung —Dijo con un puchero, sin abrir los ojos y sin hacer nada más que abrazarse a él, parecía ser su nuevo lugar favorito.

Namjoon seguía pensando en lo injusto que era para él, su pecho dolía tanto. Alguien como Jungkook perdiese parte de su vida en una clínica en vano, porque alguien egoísta decidió que tirándolo no perdería nada solo para que él perdiese todo.

—Yo también te extrañé... Escucha, tal vez no tenga mucho pero quiero dártelo a ti, te daré todo lo tengo por dentro ¿Me escuchas, Jungkook-ah?

Jungkook soltó una risita somnolienta y abrió los ojos con pereza para verlo

—¿Todo? ¿Hasta tus órganos? No los quiero, tu los necesitas. Yo me conformo con tener un espacio en tu corazón, en tu ventrículo izquierdo, dicen que es más fuerte y tiene más espacio

Namjoon río con ternura.

—Tienes más que eso

—Te creo, hyung

Hemoglobina [namkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora