Prólogo

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Un año. Un año había pasado desde la última vez que salieron juntos, siete meses desde la última vez que almorzaron o cenaron algo en compañía plena del otro y sin interrupciones de por medio, y hace días él ya no sentía su peso en la cama al dormirse, más o menos temprano, como acostumbraban hacia años.

Hace tres estaciones no lo hacían, algo irónico ya que la que siempre quería era ella, y lo sugería, solo que al momento de tomar acción siempre tenía algún contratiempo "urgente" que no se podía posponer, decía ella. Ni siquiera se dignaba en aparecerse por la casa hasta las 05 a.m., donde el la bañaba, cambiaba y dejaba reposar en su cama con tal suavidad que parecía que tocaba el mismo manto divino.

Hasta su "trabajo" no dudó en aceptar ya que según él; ella se veía feliz y quien era para prohibirle lo que él, según sus criterios, no podía darle.

Felicidad. El siempre hubiese preferido la felicidad de ella ante la de el mismo.

Quería pensar que era solo "una etapa".

Quería tragarse la mentira que sabia que seguía posponiendo. ¿Hasta cuándo?, pensaba él.

Si cualquier humano, con un buen juicio, tomara en cuenta lo que acontecía hace ya un periodo muy largo de tiempo, en esta larga relación de diecisiete años, entre matrimonio y noviazgo, no dudaría en asumir que era momento de finalizar con tan amor que alguna vez sintieron estos dos.

Leila Pirup, más conocida como Lexus en su trabajo, del cual él casi nada sabia, ya no era la misma mujer con la que se casó alguna vez en otoño.
Y Pip todavía creía que cambiaría.

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Gracias por leer!

Aclaro que me acabo de inventar lo de Lexus, pero siento que le queda.😻

Voy a tratar de actualizar lo más pronto posible, espero les guste.

Una vez en casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora