LA TIENDA DE DOÑA EULALIA

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Iván suele ir a la tienda de Doña Eulalia, al menos tres veces por día; en este instante regresa a su casa con lo que su madre le había solicitado. De pronto oye a un par hablando sobre deudas. «Las benditas deudas» piensa. ¿Habrá alguien que esté libre de ellas? Incluso él debe pagar un crédito para su universidad. ¿Acaso así debe vivirse? Estando ya frente a la puerta de su casa se percata de algo en lo que no había reparado hasta aquel preciso momento.

— ¡Verga, los huevos!

MELANCOLÍA, INCERTIDUMBRE Y PORVENIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora