RICITOS DE ORO

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Bajo un cielo purpúreo, sobre una tierra escarlata, rodeada por formas herbáceas de colores carotenoides yace una nave atmosférica. Apenas más alta que dos personas, pero ancha y larga de proa achatada, casi como un hacha. Dos potentes motores de iones empujaban a la nave; bajo su fuselaje hay discos de ingravidez que elevan a la nave del suelo en vertical, los cuales también servían para ponerla en vertical. Esta hazaña de la inteligencia y la fuerza colectiva de la humanidad es una pionera, la primera nave tripulada que desciende sobre un mundo habitado por formas orgánicas; no obstante, carente de formas de vida con inteligencia superior. Asabiya, es su nombre; y la gran parte de sus tripulantes se hallaban fuera, recopilando muestras de las formas de vida animal y vegetal, así como con los minerales.

Entre troncos alienígenas de tacto liso y carnoso, con bulbos lila por hojas, camina un vehículo bípedo de exploración. Adentro hay un solo conductor, resguardado en una cámara sellada al vacío. El ocupante se halla en un útero artificial, rodeado por un perfluorocarbono no newtoniano; el conductor suspendido en este líquido se conecta con la máquina a través una piel sintética de color azabache, que está conectada con fibras hiperconductivas, sus receptores musculares y neuronales transmitían al instante las acciones al bípode. Una IA se encarga del análisis del exterior y envía esta información a la máscara orgánica que ayuda al conductor a descomponer el líquido en oxígeno y exhalar el dióxido de carbono.

— ¿Tatiana? —ante la retina de la mujer aparece el nombre de quién la llamaba.

—Dígame, ingeniera.

—He hallado unos amigos bastante carismáticos. Quizás te interese tenerlos.

Una grabación en tiempo real se despliega, una curiosa criatura de sesenta centímetros de largo, pelambre castaño, ojos rectangulares compuestos, un orificio se halla donde debería estar la nariz, su boca es una probóscide que no dudó usar contra el titanio de la máquina; además de todo esto se observa un cuerpo segmentado en seis partes con dos patas con tres dedos en cada una de ellas.

—Es un "artrópodo segmentado", por supuesto que está en mi lista. Capture unos cuantos, a uno tendré que hacerle una disección. Por favor.

—A la orden, doctora.

—Gracias. Eres un amor, Midori — dice con una sonrisa enorme.

—Si no completamos las tareas de recolección que está planificadas el Capitán Ulianov nos enviará un memorándum.

—Bueno linda, tengo que atrapar unos insectoides. Corto y cierro.

—Corto y cierro.

Los bípodes llevaron a cabo su labor con sus fibras musculares sintéticas y articulaciones servoasistidas; las muestras y especímenes fueron recogidos sin contratiempos mayores y en el tiempo estimado. Cada recurso es indispensable y el derroche es inaceptable para los exploradores siderales.

Sobre aquel planeta alienígena orbita la nave nodriza de la expedición. "Asabiya", una gargantuesca arca cilíndrica con siete anillos concéntricos, láminas fotosintéticas. Así se suministraba energía a las numerosas necesidades de la máquina; no obstante, para su desplazamiento ocupa motores mixtos, atómicos e iónicos.

La nave de exploración en superficie se eleva y atraviesa la atmósfera a gran velocidad distribuyendo el calor y partiendo el aire con su forma. Ingresan a un hangar en los laterales de la nave nodriza. Una inmensa recámara recibe al vehículo atmosférico, las gigantescas compuertas se cierran y las luces del hangar se encienden. Los exploradores desembarcan juntos con su carga, al mismo tiempo el equipo de esterilización en sus trajes abotargados y sus artilugios de limpieza se acercan para encargarse del interior de la nave atmosférica "Belka II".

MELANCOLÍA, INCERTIDUMBRE Y PORVENIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora