Ella

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-¿De nuevo no podrás venir?

-Lo siento Emma, con Mikey tenemos que ver unos arreglos de su moto y nos quedaremos en el taller. - Aprete con fuerza mis labios al escucharlo.

-¿Cuántos días?

-No sé aun, no te lo puedo asegurar.

-La carrera es dentro de 3 días, seguro estarás libre después de eso.

-No lo sé Emma. - Podía reconocer perfectamente el fastidio de su voz. - Luego hablamos, Mikey me llama.

Y colgó.

Acaricie mi barriga con malestar, comenzamos a vivir juntos desde que me entere que estaba embarazada y hasta ahora el parecía un mero visitante en este departamento. Agradecía que Hina-chan viviera en el piso de abajo, ella era mi único soporte.

Se supone que debería ser feliz, mi más grande sueño se había cumplido, "Casarme con Ken", aunque lo de casarnos era relativo ya que solo convivíamos juntos. Ken y yo comenzamos a salir ya siendo adultos, cuando había perdido toda esperanza con él, el solo me busco y me pidió una cita, la emoción fue tanta que enceguecida acepte sin notar las señales.

Cuando Ken me pidió una cita no se veía nervioso, ni feliz, ni molesto, su rostro carecía de cualquier emoción.

Son ideas mías, me repetía una y otra vez, me negaba a pensar que el me pidió una cita sin tener sentimientos por mí.

-Emma. - Mikey apareció. - ¿Te paso algo bueno? - Sin dudarlo abrace a mi hermano.

-¡Ken me invito a salir! ¡Mañana tendré una cita con él! - Me aleje para ver mejor a Mikey. - ¡Tengo que prepararme! - Mi enorme sonrisa no cabía en mi rostro, por fin el me veía a mí.

-Emma. - Me llamo Mikey cuando iba a entrar a mi habitación. - ¿Estas feliz? - La pregunta me intrigo, pero decidí seguir ignorando y respondí eufórica que si lo era, que por fin mi sueño se cumplía. - Entonces yo también soy feliz, solo quiero que Emma sea feliz.

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-Emma-chan aquí esta tu leche tibia. - Hina dejo el vaso y se sentó al frente de mí. - Estas muy callada, ¿Paso algo con Draken?

Vi a mi amiga de tantos años, mi única amiga para ser más precisos.

-Yo-

-¡Hina! - Takemichi me interrumpió, venia con una corbata a medio hacer en el cuello. - De nuevo la corbata. - Le lloriqueo a su ahora esposa.

La castaña se rio de la torpeza del azabache y se puso de pie para acomodar mejor ese pedazo de tela.

-Te dije que mejor compremos las ya listas, esas que solo se abrochan. - A pesar de lo dicho por Hina, ella se veía feliz de ayudar a su esposo. - ¡Listo! - Canto victoriosa.

-No es necesario. - Fue la simple respuesta que dio Takemichi. - Tengo a mi linda esposa que me ayudara todas las mañanas. - Luego deposito un suave beso en la mejilla de Hina, esta se sonrojo y soltó una risa tonta. - ¡Nos vemos Emma-chan!

Esa era su conversación de todos los días, la escuchaba desde que comencé a visitarlos, Hina volvió a sentarse, se veía tan feliz que incluso jugaba con su cabello, enredaba un mechón en su dedo y luego lo deshacía, jugaba unos minutos hasta que deparaba nuevamente en mi presencia.

-Perdón Emma-chan. - Se avergonzó y puso un mechón de su cabello castaño tras su oreja, en su mano se podía ver perfectamente su anillo de bodas, la prueba de su unión, de que ahora ella era una mujer felizmente casada.

Ella, el y yo (Drakey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora