Thranduil y Elrond hablaban tranquilamente (bueno, más bien Elrond hablaba y Thranduil escuchaba)
-me encantan tus ojos...- Thranduil estaba perdido en la mirada del medio-elfo por lo que no se dió cuenta de cuando este se calló en seco.
Cuando el rey elfo volvió en si, se dió cuenta del inusual sonrojo en las mejillas del contrario, en ese momento se dió cuenta, lo había dicho en voz alta
-mierda...- Thranduil maldijo de mil y una formas su estupidez.
-L-lo lamento, yo no quise...- el rey fue interrumpido por una estrepitosa pero elegante risa
Elrond estaba rojo hasta las orejas (aunque nunca admitiría que fue por el comentario del rey del bosque negro). Sin embargo, Thranduil estaba perplejo, confuso e incluso algo aturdido, no sabía a qué venía la risa del menor, pero no sé atrevía a preguntar
-Gracias, hacía tiempo que no recibía un cumplido de ese estilo- el rey enrojeció a más no poder y el
medio-elfo tan solo se limitó a sonreír y a mirarlo con esos ojos que tanto le gustaban al rey-ya es tarde, Estel no debe estar muy lejos... Voy a buscarle. ¿Me acompañas?- acto seguido, Elrond se levantó de su asiento y se dirigió al contrario quedando justo en frente de el, Thranduil imitó el gesto y se levantó dándose cuenta de la diminuta diferencia de altura entre ellos
-no, no, yo... Creo que iré a dar un paseo- contestó apartando la mirada
-¿A estas horas? Ya es muy trade- a cada palabra se acercaba cada vez más lo que ponía más nervioso a Thranduil -¿Quieres que te acompañe?- la proposición le pareció tentadora al principio, pero tras imaginarse caminando a su lado, pensó que enloquecería y seguro que haría alguna estupidez, así que se limitó a apartar la mirada y a separarse de el (de Elrond digo)
-no, gracias Lord Elrond, yo-
-¿Lord?- al medio-elfo le dolió, le dolió la distància que estaba marcando el rey elfo-Voy a buscar a Estel- y sin mediar más palabra se dirigió a la puerta.
La había cagado. El rey elfo se maldijo en todos los idiomas que conocía, pero el Lord aún no había llegado al picaporte
-E-Elrond, espera, cre-creo que...
T-también debería, ir a ver a... Legolas- cuando el menor se giró su corazón le dió un vuelco, Thranduil estaba totalmente rojo por la vergüenza-y... si... t-te apetece... ¡S-sólo si quieres! Po-podemos ir a pasear...- Elrond sonrió en ese momento Thranduil le recordaba a un adolescente
-claro- Elrond retrocedió acercándose a Thranduil quedando a un palmo de distància, el rey elfo quería moverse, pero su cuerpo no respondía.
Cerca. Estaban muy cerca (puede que más cerca que la uña al dedo) cuando Lord Elrond en un rápido movimiento le dió un corto beso y se dirigió a la puerta, fue tan rápido que al rey ni le dió tiempo de asimilar lo que acababa de pasar.
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~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~-creo que nos están observando-
-¿A quién te refieres?-
-¿Eres ciego o el lïrōthen te afecta a la vista?- El joven mortal acariciaba el cabello rubio de su acompañante, el cual se encontraba recostado en sus piernas
-¡¿Lo sabes, desde cuándo, cómo?!- el elfo se incorporó de golpe ¿Cómo era posible? El no se lo había dicho en ningún momento ¿Habrá sido Lord Elrond, su padre o... quizás Arwen? No ella no sería capaz...
-cuando estuve contigo, te comportarte de forma muy extraña, a parte de los momentos en los que... digamos que mi cuerpo no obedecía a mi mente-
-¿Quién nos está observando?-
-¡JAJAJAJA! Buen intento- el joven humano se reía a mandíbula abierta
-¡DILO!--esta bien, está bien... cómo ordene príncipe. Ves esos arbustos de allí- acto seguido señaló a un par de matorrales que estaban a un par de metros de ellos
-si... y qué?- el joven príncipe volvió a recostarse contar el suelo
-y, que yo juraría que los arbustos no susurran- por instinto el elfo giró su cabeza en dirección de los arbustos, se quedó callado, miró al humano junto a el, y luego volvió a dirigir su mirada a los arbustos
-¿Susurrar? ¿Qué dices? Yo me he oído nada- la mirada de incredulidad se posava en los ojos del humano el cual se dedicó a sonreír
-claro que no. Estabas demasiado ocupado-
-¡¿Quién nos está observando?!- gritó desesperado el elfo
-Elladan, cuando uno hace una apuesta y la pierde, luego tiene que pagarla. Arwen no está bien chantajear a la gente, y Elrohir, tranquilo tú no has hecho nada malo, de momento...- tras unos segundos los nombrados salieron de detrás del arbusto
-¿D-de-desde cuando estáis aquí?- Preguntó Legolas, temeroso de la respuesta
-deberías preocuparte por ellos- señaló Elrohir
-¿Ellos?--Estel, ¿Podemos hablar?- ambos jóvenes dirigieron la mirada a las figuras que habían delante de ellos
-Legolas, ven- el príncipe elfo enrojeció de vergüenza.
Ambos jóvenes no tenían claro el por qué del repentino enfado de los ¿adultos? Pero una cosa si tenían clara, la bronca está asegurada.
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P a s e o s p o r R i v e n d e l l
Randomdonde Elrond invita al rey Thranduil a pasar una pequeña estancia en Rivendell y...