Era una mañana de verano cuando una carta llegó a manos del rey.
Legolas, su hijo, estaba entrenando junto a su amiga Tauriel cuando un sirviente le dijo que su padre le había hecho llamar.
El joven príncipe acudió a su llamada. Su padre le esperaba junto a su trono
-pade, ¿Me llamaba?- preguntó el príncipe
-si, Elrond nos ha invitado a pasar unos días en Rivendell-
-lo lamento padre, pero yo no iré- se disculpó el príncipe -me quedaré entrenando junto a Tauriel-El rey vaciló ante la respuesta de su hijo, después se encaminó hacia las escaleras, pero antes de irse añadió
-saluda a Aragorn de mi parte- dijo girándose para ver a su hijo
-dile que tendréis que compartir habitación, aunque no creo que tenga ningún problema con eso- añadió con una sonrisa pícara haciendo sonrojar a Legolas
-¿q-que? N-no, nosotros... nosotros no-
Dijo tratando de disimular su notable sonrojo
-solo, sed cuidadosos- sin añadir nada más ni dejarle formular ninguna respuesta a su hijo (ahora rojo por la idea que su padre le puso en la cabeza) se marchó.•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•Días después Thranduil se encontraba preparándose para marchar cuando escucho a su hijo reír a un par de metros de el, al darse la vuelta, contempló cómo su hijo era aprisionado en un abrazo por la cintura, no pudo identificar quien era el sujeto que abrazaba a su hijo por la espalda, pero no hizo falta pues su hijo se lo dijo (no de la forma que el esperaba presenciar)
-¡A-Aragorn!- musitó Legolas ante (a lo que a Thranduil le pareció), un "desvío" de su mano.
El joven heredero de Isildur río ante la reacción del rubio antes de separarse de el quedando de espaldas al rey, cuando Legolas se percató de su presencia enrojeció a más no poder, lo que, como cualquier persona normal, hizo que Aragorn se girara, pero este, a diferencia que el elfo solo se inclinó ante el rey cómo si nada hubiera pasado.
Legolas, que aún se estaba recuperando del pequeño "incidente" con el joven mortal miró a su padre, y este, en respuesta, le dirigió una mirada pícara a la vez que se dirigía al amigo de su hijo
-tu debes de ser Aragorn, ¿cierto?-
-si su alteza- ahora que se fijaba el también tenía un leve rubor en sus mejillas
-he de informar que la habitación de invitados está... 'fuera de servicio' (destrozada mejor dicho, por culpa de una broma de Tauriel y Legolas hacia Thranduil), así que tendrás que compartir habitación con Legolas- tras decir esto, el rey se alejó dejando a los jóvenes solos-vuelve ha hacer algo así y te juro que te clavo una daga en el cuello-
amenazó el príncipe apartando la mirada, el heredero de Isildur solo río por lo bajo antes de dirigirse hacia el patio, pero no sin antes atraer al rubio hacia si
-¿A-Aragorn q-que haces? S-sueltame!-
-¿No decías que me clavarias una daga en el cuello?~- dijo con tono pícaro al oído del elfo.Este intenta zafarse de su agarre, pero fue en vano, pues el joven pelinegro le sujetó las manos en su espalda haciendo que re rodease con los brazos.
-a la segunda va la vencida-
Pensó el joven de cabellos rubios, y, nada más terminar de pensarlo, intento pegarle una patada en la espinilla, pero mala fue su suerte que acabó en el suelo con el moreno encima suya.
Las manos del rubio estaban sobre su cabeza retenidas por una de las manos de Aragorn, la mano que le quedaba libre, aprisionaba su cuerpo cortándole toda forma de huir.
Podían sentir la respiración uno del otro, y... Se oyó una voz al fondo
-Legolas! Oye no has vuelto a entrenar entonces pensé que-
-mierda- pensó el elfo, que, para sus disgusto, era su pelirroja amiga, Tauriel.La chica estaba roja de la vergüenza, pero no tanto como el rubio, en cambio Aragorn parecía de lo más normal, como si no estuviera en una escena tan comprometedora como era aquella, y como si eso no fuera suficiente, Thranduil, que iba a despedirse, se encontró la comprometedora escena.
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•Pasados dos días Thranduil ya había partido rumbo a Rivendell donde se reencontrará con Lord Elrond, la mera molestia de tener que viajar tres mil leguas solo para ir a Rivendell se hacía insignificante junto a la idea de ver al Lord una vez más, aunque sea para de 'motivos de reinos'
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P a s e o s p o r R i v e n d e l l
De Tododonde Elrond invita al rey Thranduil a pasar una pequeña estancia en Rivendell y...