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Pov: Thranduil

Estaba buscando a mi hijo junto con Lord Elrond cuando lo encontré, (dios dame paciencia) es el elfo más cabezota que he conocido en la vida (claro, si lo ha heredado de mi).

-Legolas, hijo, tienes q-
-que tener cuidado lo se padre- me dijo rodando los ojos
-yo iba a decir que, por lo menos, tienes que avisarme de que vas a salir- le devolví la mirada, mentiría si negara que no me hizo gracia la mueca que puso.

Si en el pasado alguien me dijera que vería a mi hijo siendo besado por alguien y ese alguien no muere en el intento... me hubiese reído en su cara.

-Tienes 2109 años...- iba a comenzar con el sermón cuando esa criatura a la que le di la vida me interrumpió

-ya lo sé... me lo repites a más no poder... no te ofendas Ada, pero no creo que sea para tanto- bufó, ¿Que ya no existe el respeto?, por los Valar ¡¡Me acaba de bufar!!

Uff, dios dame paciencia, que como me des fuerza lo reviento...

-si, si es para tanto, tienes que tener cuidado... Aragorn no es un mal chico, tiene un corazón puro como ninguno y conoce mejor que nadie lo que es el sentido de la responsabilidad (lo que comienzo a sospechar de lo que careces)-

-ahora viene el pero...-
-sin embargo-
-esto es como un pero- ¡OTRA VEZ INTERRUMPIENDO!

-es mortal y tú no..... No quiero que te haga daño....- Fijé mi mirada en mi hijo, estaba cabizbajo, con la mirada fija en un punto invisible del camino
-ya lo sé Ada... lo sé...- levantó su rostro con una sonrisa triste dibujada en el -pero eso no me preocupa ahora, lo amo y el a mi, y es lo único que necesito- volvió a sonreír, pero esta vez, de verdad, me alegraba por el, pero a la vez me daba demasiado miedo, ¿qué pasaría cuando Aragorn...?

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Para cuando me di cuenta ya estábamos de vuelta, Aragorn no estaba y tampoco Elrond, no obstante, Arwen y Elrohir estaban tirados en el suelo riendo (he de admitir que en un principio pensé que estaban convulsionando... En fin)

Tras unos minutos de estar observando como sus carcajadas iban frenando poco a poco, se escucharon unos pasos que se aproximaban, eran Elrond con Aragorn este último se acercó a Legolas, me saludó con una reverencia y se alejó con mi hijo (al cual se lo llevó casi a rastras), sinceramente, preferí no preguntar...

Aunque tampoco fue necesario, la sonrisa victoriosa de Lord Elrond, lo decía todo.

P a s e o s    p o r    R i v e n d e l lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora