"¿Tímido? No lo creo"

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Considerarte una persona segura de ti misma, coqueta y sobre todo la celebridad de tu enorme grupo de amigos era una de las tantas virtudes que James Barnes había adquirido durante su crecimiento a lo largo de su vida.

Desde siempre estuvo enterado que todo su mundo estaría en la palma de su mano, sabía que podía conseguir cualquier cosa que quisiera. Y realmente lo había logrado, tenía grandes amigos, un empleo fantástico, un enorme departamento, y ante todo conseguía las mejores citas que en un millón de años los tipos comunes tendrían. Evidentemente disfrutaba todo lo que el universo ponía en su camino, y las fiestas eran el lugar perfecto para ligar.

–Entonces... –Interrumpió impertinente a su compañera de trabajo, quien alzo una ceja rojiza en su dirección antes de intentar volver su atención al documento que redactaba. –¿Qué han planificado?

–¿Por qué me preguntas eso? Habla con Clint. –Contesto distraídamente mientras continuaba inmersa en las palabras. Su desinterés evidente hizo fruncir el ceño de James, quien opto por cerrar groseramente la pantalla de su laptop; la pelirroja suspiro resignadamente, odiando no poder huir de esa conversación. Sus ojos verdes buscaron enfurecidamente al hombre arrogante frente a ella. –¿Qué? ¿Acaso he golpeado ligeramente tu ego? El mundo no gira en torno a ti Bucky, tengo trabajo que hacer a diferencia de ti.

James sonrió descaradamente ante su insinuación, y evidentemente tenía su punto, después de todo, tener algunos encuentros con su jefa era un beneficio que le otorga un considerable tiempo libre que osaba disfrutar muy bien.

–No sé de qué hablas Romanoff.

Ella entrecerró los ojos. –Seguro que sí.

–Dejemos de lado las insinuaciones, y responde ¿Qué han planificado? –Su insistencia era vaga, pero su interés era persistente, ese dichosa fiesta era su excusa perfecta para acercarse a la engreída chica rubia que ha osado cada día ignorarle, y ciertamente su rechazo no es tolerable.

–No sé, y no me importa, –Ella se cruzó de brazos. –¿En serio estas cabreado porque Sharon te ha mandado de paseo? Deberías estar feliz, esa mujer es una arpía casa fortunas, ¿Qué interés tienes en ella?

Las palabras de su única amiga en el edificio podía ser cierta, pero justo ahora no es su cerebro quien toma las decisiones, su ego herido tiene el control, y exige que debe derrotar a la muy desgraciada que tuvo el valor de mandarlo a la mierda.

–Ella se merece una lección.

–Y yo creo que eres un idiota.

James sonrió ante la declaración de su compañera de trabajo, quien evidentemente gozaba con tener el premio mayor por no caer en su juego, y es que realmente nunca lo lograría, primero tendría que ser mujer y luego...

–¿De verdad estás pensando en eso justo ahora? Que poco pudor tienes, en un millón de siglos lograrías involucrarte conmigo. –Sus ojos ardían en furia contenida.

–¿Qué? No, de ninguna manera, como podría...

–Cállate, tu mirada confiesa todo, jamás has logrado mentirme, –Ella bufo fastidiada, seguido tomo su bolso del escritorio y le indico que la acompañara a comprar su almuerzo del día. –Respondiendo tu pregunta, creo que habrá un cambio de planes en cuestión a la reunión.

Ambos caminaban tranquilamente hacia los ascensores, Natasha presiono el botón y los dos esperaron en silencio.

–¿A qué cambios te refieres?

Ella sonrió agradablemente. –Bueno, por lo que he escuchado el único hijo de nuestra jefa está celebrando su entrada a la mayoría de edad.

–¿Hijo? –James respondió incrédulo. –¿Desde cuándo Margaret tiene hijo?

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