Alejandra entra a la casa a jugar y pasarla bien, aunque un Salteño aparece y la distrae por completo.
-Dame un abrazo-le pide en un susurro.
Él sin pensarlo se lo da dejándole un beso en la frente.
-Acá estoy para vo', no te preocupes-habla Marcos...
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Se sienta en la mesa tomando de su clásico café helado, en esté momento esta pensando en quien votar. Esta decidida en votar al alfa, pero no sabe a quien más.
Para ella el alfa es muy mandon, y se cree el líder de la casa. Esa actitud no le agrada del todo a ella, de hecho, ayer el Alfa la había retado por estar comiendo unas galletas que estaban cerradas. Le había dicho que tiene que comer solo de las que están abiertas, ella entiende su punto pero no de la manera agresiva en que se lo dijo.
Si no le hubiera dicho de una forma un poco fuerte, la chica no se hubiera enojado.
Lo peor de todo es que Alejandra es muy sensible. Y se puede llegar a poner triste por cosas mínimas.
Thomas aparece en la cocina y la observa con el ceño fruncido.
¿Y esta que hace?, se pregunta mentalmente.
Para él Alejandra es rara por el hecho de ser tan callada, casi no habla en la casa. Él cree que la pelirroja está gala de eliminación se va.
Que triste que éste tan equivocado.
-¿Eso es café frío?- le pregunta a la colorada.
Ella lo voltea a ver y le sonríe apenas.
-Sip.
-Es un asco el café frio-habla con desagrado- Es mejor pisar bosta de caballo.
Ella suelta un suspiro ignorando el comentario. Le da un sorbo a su café tratando de no darle bola, Thomas al darse cuenta de que lo ignoró se enoja.
-Cuando alguien te habla se responde. Sabías eso, ¿No?-le reprocha de forma brusca.
- Si lo se, pero como no había pedido tu opinión no pensé que fuera necesario seguirte la charla-le responde ella encogiendose de hombros, nuevamente, le da otro sorbo a su café viéndolo fijamente.
-A mi me chupa un huevo si pedís o no mi opinión, te la voy a dar igual.
-Si quiero saber tu opinión te la voy a pedir, aunque no creo necesitarla.-le dice sin darle mucha importancia a lo que él le dijo.
El chico bufa incrédulo, no puede creer que ella le haya respondido.
-Ah no, vos sos pelotuda ¿Quién te crees que sos para responderme así?
La chica se levanta con la taza en los manos.
-No soy pelotuda, ni tampoco entiendo porque tratas de defenderte puteandome cuando yo no lo hice-camina hacia la puerta principal y Thomas la sigue.
Le agarra del hombro volteandola de una forma un poco brusca.
Alejandra ya se está empezando a estresar.
- No me vas a dejar hablando solo, rojita-dice el apodo con burla.
