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Se estaba acercando el cumpleaños de la pelirroja, quedaba una semana para que Alejandra cumpla sus veinte años

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Se estaba acercando el cumpleaños de la pelirroja, quedaba una semana para que Alejandra cumpla sus veinte años.

Nadie lo sabía, aparte de Marcos, obviamente. La chica no sabía que hacer, sería raro no pasarlo con su padre.

Lo extrañaba bastante. Si él estuviera, seguramente la hubiera levantado con algún desayuno hecho y decorado por el, con la temática de algún libro que haya leído en el momento. Eso se había hecho una tradición a lo largo de los años.

Alejandra no le agradaba su cumpleaños, ya que tambien es la fecha en que su madre había fallecido. Para ella, su cumpleaños fue la causa de que no pudiera conocer a su madre.

Se echó la culpa durante tanto tiempo que empezó a detestar el día de su nacimiento.

Nunca lo celebró ni mucho menos hizo alguna fiesta en forma de festejo, lo único que hacía era pasar el tiempo con su padre yendo a alguna biblioteca a comprarse libros o salir a caminar juntos.

Y esta vez, no iba a ser la excepción.

Por eso cuando GH la llamó para ir al confesionario, maldijo mentalmente.

La producción ya quería planear algun tipo de festejo para que los participantes disfruten del momento. Pero tenían que ver qué quería hacer la pelirroja.

-¿Qué te gustaría hacer para festejar tu cumpleaños?-le pregunta la voz de GH.

Traga saliva mientras juega con sus dedos arriba de su regazo.

-Ehh, no quiero hacer nada.-dice con timidez- Aunque, me gustaría poder hacer un Tiramisú con Nacho, y a lo sumo unas flores para darle a Marcos, hace rato que le quiero dar algo...

-Alejandra, será tu cumpleaños, ¿Segura que no querés nada para vos?

Ella asiente con una sonrisa incómoda.

-Muy segura.

-Bueno. Entonces te daré una misión.-la pelirroja se sorprende al escuchar la petición de GH, no se esperaba eso. Pero estaba dispuesta a cumplirlo- Tendrás que dejar de tomar tu café helado por una semana entera, hasta el día de tu cumpleaños. Tampoco vas a poder cantar ninguna canción.

Alejandra abre los ojos en grande.

No puede ser que esa sea su misión. No poder tomar ese café durante tanto tiempo iba a ser una tortura, peor el no cantar. Siempre cantaba, lo hacía en todo momento.

Frunce el ceño pensándolo.

Suspira y asiente con su cabeza, rendida.

-Está bien.

-No te olvides que es secreto, no le podes decir a nadie de la misión-aclara la voz.

-Ta' bien, aunque es un re sufrimiento-arruga los labios descontenta.

Jugadora- Marcos GinocchioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora