Capitulo 10

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Pablo despierta en un cuarto desconocido, en una cama demasiado comoda, pero vacía. Se sienta y recorre con la mirada el lugar. Cartas esparcidas por la habitación le recuerdan a la noche anterior y sin querer, sonríe. Se alegra que Lionel no esté al lado de él para ver como se comporta como un tonto por solo pensar en él y Scaloni dormiendo juntos, en el y Scaloni bailando en la cocina, en el y Scaloni cocinando a la par. Se tapa el rostro de la vergüenza y deja caerse desplomado una vez más en la cama.

Si tenía alguna duda de sus sentimientos respecto a Lionel, desde ayer a la noche no los tiene más. Y si tenía alguna duda respecto a los sentimientos de Lionel hacia el, ya no le quedaba ninguna. Estaba seguro que si el repasador no los hubiera cortado el momento, Lionel lo hubiera besado.

La seguridad que carga en su cuerpo solo podía compararse tal vez, con la seguridad que siente al salir a la cancha. Los latidos fuertes de su corazon son igual de freneticos que los que tiene cuando corre detrás de la pelota. La excitación que siente cada vez que tiene cerca a Lionel es la misma que siente cuando marca un gol.

El ama todas esas emociones que el fútbol le genera, y Lionel está en el mismo nivel que el amor que le tiene a la pelota. Y para Pablo, eso es demasiado.

Finalmente se decide por levantarse y va hacia la cocina en busqueda de Lionel. Lo encuentra de espaldas con solo un short deportivo. Pablo escucha el silbido de la pava y sabe que esta preparando unos mates para el desayuno. Se acerca lentamente a Lionel, el impulso de abrazarlo por detrás lo consume, pero no lo deja ganar. En cambio, posa sus labios casi tocando el lobulo de su vecino y le susurra en el oido "Estas hecho todo un padre de familia". A Lionel se le paran los pelo de punta al sentir la respiración caliente de Pablo contra el y un scalofrio lo recorre. Se aleja instintivamente por la sorpresa y lo mira de costado "Dios, pense que estabas dormido"

Aimar no responde, en cambio se apoya en la mesada de la cocina mirandolo "¿Cuál es el menu de hoy, Chef?". Scaloni le dirige una mirada picara "Esta se come hoy".

Pablo lo golpea en el hombro con una fuerza que desestabiliza a Lionel, quien ríe a carcajadas y trata de que no se le caiga el agua del mate. "Te regalaste Pablito".

"Dale pelotudo, te pregunto en serio". Scaloni sirve un mate y se estira a la alacena de arriba, donde saca un paquete y se lo muestra a Pablo. "La especialidad de la casa: Mates con las galletitas que sobraron de ayer"

" Ay, Lionel... no hacia falta ponerte en tanto gasto, pedí un desayuno no un banquete". Dice Aimar sarcásticamente. Pero para nada se queja, podría vivir a base de mates y galletitas.

Ambos desayunan en silencio, hasta que Pablo decide hacerle una pregunta a Lionel "¿Cuándo vuelven tus viejos?"

"Creo que mañana a la madrugada"

"Podemos ir a la plaza y despues al entrenamiento si te parece, porque medio tarde para ir a la escuela a las 11 del mediodia". Pablo sugiere para hacer tiempo, Scaloni acepta y cuando terminan de desayunar, Pablo vuelve a su casa para buscar otra muda de ropa ya que la que usó sigue en la casa de Scaloni sucia.
Ademas aprovecha para hacer presencia en su casa y comentarle a su mama lo que va a hacer. La mujer sigue todavia extrañada de que Pablo no solo pasara la noche en la casa de Lionel, sino porque tambien ambos faltaron a la escuela para salir juntos. Su madre comienza a formar posibles teorias por la repentina amistad entre los dos, pero no le comenta nada a Pablo.

Ambos comienzan su camino hacia la plaza mas cercana, Pablo lleva su pelota debajo del brazo y se detienen en un almacén para comprar fiambre y hacerse unos sanguchitos de jamon y queso cuando lleguen a la plaza. El sol los esta quemando y sus cuerpos no paran de sudar, deciden ir bajo la sombra de un árbol, estirando una lona para sentarse y comer.

Mi vecinito [ScalonixAimar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora