Mi vecinito [ScalonixAimar]

Capitulo Final

24 Diciembre, tiempo después

"Pone Cronica amor, que deben estar pasando Los Palmeras" Grita Lionel desde el patio. No puede agarrar el control del televisor debido a que sus manos estan enchastradas en grasa de la parrilla. Por su rostro colorado bajan gotas de sudor por el calor que enmana el fuego y su remera blanca (mas bien el trapo que lleva puesto, a criterio de Pablo) ya no es tan blanca al apoyar su mano en su cadera, mirando con detenimiento los cortes de asado y las anchuras en las brasas.

Pablo por otro lado, se encontraba en la cocina terminando de preparar la ensalada rusa. Agarra el repasador que colgaba de la manija del horno para limpiarse sus manos de mayonesa y camina hacia el control remoto, buscando entre los canales hasta que da con el indicado. Efectivamente están dando un concierto de Los Palmeras en el Festival de Jesús Maria, Pablo sube el volumen lo suficiente para que llegue hasta el patio.

No es muy difícil, ya que el living está conectado al patio por un ventanal, que con el calor de diciembre, se encuentra abierto de par en par. Ve como Lionel menea su cabeza a la par de la musica y con su desnuda mano inspecciona la cocción de los chorizos. Pablo suelta el repasador, arrojandolo hasta la mesada y pasa por el ventanal. Se dirige por detras, colando sus manos entre la cintura y brazos del mas alto, abrazandolo y suspirando en su oido al estar de puntitas.

"Tenes un olor a parrilla... te como entero" Al tener sus manos en el pecho de Lionel, siente como su cuerpo tiembla con risas "Qué romantico" Ladea su rostro hacia la izquierda y lo apoya ligeramente en el hombro de Pablo para poder verlo a los ojos. No se resiste ante la mirada oscura bajo la noche que hace que sus ojos se vean completamente negros. A sus pestañas largas o esa mandibula fuerte que ahora la cubre una ligera barba. Se acerca y posa sus labios sobre los del otro, como millones de veces lo hizo antes. Tiene el privilegio de decir que fue el unico en probar tantas veces esos labios, el unico que puede acariciarlos.

Lo hizo todo, recorrio el mundo, dinero no le falto y gloria tampoco. Pero el gran premio es este. Estar en su propia casa que ya no está vacía, sino que tiene a su esposo y familia, esperando a que mas gente se les sume. Llena de cariño y simpleza. Nunca le gustó la vida de lujos tampoco, sentia mas gratitud compartiendo unos mates en la cocina que en las reuniones formales en restaurantes por demas caros. Sentia mas gratitud recordando como jugaban de niños con Pablo que cuando jugaba en La Coruña. Las noches de verano sofocante de joven, les recuerda a las de Qatar.

Las arrugas en los ojos de Pablo cuando sonrie, le recuerda a las noches de festejos en la Sub 20, sus rulos mañaneros que parecen un enjambre de abejas es igual al que aparecia en esas mañanas frias de entrenamiento. Sus ojos mantienen ese brillo de pureza y jovialidad que siempre lo acompaño. Pablo ya no es joven, los años le pasan facturas a ambos, pero para Lionel, sigue siendo el hombre mas hermoso en cualquier habitacion a la que va.

"Supongo que te vas a bañar antes de que caiga la familia..." Comenta Pablo en un tono mas amenazante que sugestivo.

"¿No era que te gustaba este aroma?" Lionel da media vuelta para quedar frente a frente, abrazándolo rápidamente y frotándose a propósito para impregnarle el olor de parrilla a Pablo.

Este chasquea la lengua y lo aleja de él "Dale que en cualquier momento llegan"

"¿Las nenas ya están?" Consulta Lionel mientras revuelve las brasas.

"Si, ahí las termino de peinar y terminamos con la mesa"

Pablo abandona los brazos de Lionel para subir las escaleras y dirigirse hacia la habitación de sus dos hijas. Con Lionel habían tomado la decisión de adoptar luego de casarse, el trámite no había sido tan largo y engorroso como generalmente es gracias al hecho de ser figuras públicas más aún estos últimos años. Ambos querían formar familia juntos y sabían que el otro era perfecto para el trabajo de padres. Sabían la responsabilidad que traía criar a un ser humano y Pablo sentía que junto a Lionel ya estaban preparados.