El piso C1

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Narra Eddie*

Mi piso quedaba justo debajo del que le pertenecía a mi querida Ray, así que ellos pararon ahí para poder irnos los 3 juntos, subí al ascensor y lo primero que noté fue que Alex no paraba de sudar, Rachel sonreía y yo tuve que contener la carcajada ante tan ridícula escena. ¡Rachel, mi amor! no te preocupes ¡no falta mucho tiempo para que al fin podamos estar juntos!

Repasaba mentalmente mi estrategia para delatar a Alex y me deleitaba imaginando algunas de las muchas torturas que le esperarían como castigo por atreverse a desafiar la autoridad de Gray, cuando de repente algo interrumpió mi fantasia: para mi sorpresa, los problemas con el plan de Alex no tardaron en aparecer tanto como había previsto pues el ascensor dejó de funcionar y paró en el piso de Cathy, el piso C1... Que extraña coincidencia... Entedí de inmediato que esa astuta mujer no había elegido ese piso por coincidir con la inicial de su nombre ni mucho menos, sino que lo había hecho pensando estratégicamente en lo conveniente de un piso bajo, que permite tener conocimiento de la actividad de quienes entran y salen del edificio, debo admitir que fue una muy buena idea de su parte sabotear el elevador para que se detuviese precisamente ahí, a mi nunca se me hubiera ocurrido. Rachel se limitó a comentar que ahora tendríamos que usar las escaleras antes de bajar tranquilamente del ascensor seguida por mi, pero al parecer este pequeño inconveniente fue demasiado para el pobre y diminuto cerebro de Alex ya que tuvimos que arrastrarlo para que saliera de una vez por todas del maldito elevador y empezara a caminar con nosotros.

Narra Rachel*

El piso de Cathy se veía extremadamente sencillo a primera vista, pero al mirar más detalladamente, saltaba a la luz que cada cosa (por pequeña que fuera) era el resultado de lo que posiblemente habían sido meses de planeación. El diseño era brillante: Una serie de habitaciones y corredores que parecían no tener final, diseñadas para desesperar y confudir, algunas parecían no estar terminadas aún, pero las que si lo estaban eran capaces de causarle escalofríos a cualquier persona normal que tuviera la desdicha de observarlas. Lo único que me pareció sinceramente decepcionante, es que su plan era obvio a más no poder, así que lo único que podía hacer era seguir caminando mientras esperaba que pase lo que tenía que pasar. Alex de repente paraba de moverse así que yo lo tomaba de la mano y lo arrastraba para seguir caminando, Eddie se molestaba y hacía gestos y muecas para molestar a Alex (infatil pero no intolerable) teníamos que avanzar a como diera lugar si queríamos acabar rápido con esto.

Me distraje analizando las habitaciones, cada una era distinta de la anterior... El cambio de ambiente llegó a ser drástico, Alex y yo pensamos lo mismo y lo supe porque lo oí susurrar "¿Seguimos en el mismo edificio?" no sabía si la pregunta era para mí o para sí mismo así que no contesté, Eddie por el contrario, contestó sarcásticamente y entre risas "No, mágicamente nos teletransportamos a Narnia". Había una habitación con ambientación medieval, una que parecía un manicomio, una comisaría, una que parecía literalmente de otro mundo...

Llegamos a una habitación alarmante, no por su contenido, sino al contrario por la ausencia de este, se diferenciaba de las demás porque no es que estuviera incompleta, es que lo único que había era un televisor colgado a la pared y sin nada que diera esa sensación de estar "a medio empezar" Volteé para comprobar si Alex y Eddie también se habían dado cuenta, Alex estaba blanco como un papel y Eddie me devolvió una mirada de preocupación. Aceleré el paso en dirección a la puerta que conectaba con la siguiente habitación pero esta se cerró de manera abrupta y veloz, tal como si un huracán la hubiera azotado contra el aspero marco de cemento, me acerqué para inspeccionar el material, grueso y pesado metal (tal como se esperaría de Cathy).

Del ducto de ventilación comenzó a salir un humo denso de olor fuerte y desagradable, Eddie y yo reaccionamos de inmediato, él usando su bufanda y yo usando el cuello de mi vestido para cubrirnos la nariz y evitar a toda costa respirar la misteriosa sustancia. Alex corrió en dirección a la puerta, empezó a empujar, golpear y patear, desesperado por salir, eso hizo que se hiperventilara y fuera el primero en caer. Lo último que ví fue una imagen de Cathy en el televisor, riendo de manera macabra.

Mi vista se empezó a nublar y mis sentidos parecían engañarme, Cathy nos tenía a los tres justo en la palma de su mano, caí junto a Eddie y me quedé dormida.

Ojos sin almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora