Ojos sin alma

La caja de recuerdos

Narra Rachel*

No sé cuánto tiempo pasó hasta que desperté, me dolía la cabeza y mis extremidades estaban entumecidas. "¿Esa loca de mierda querrá matarme?" aunque no comprendía del todo la razón por la que esa idea había aparecido en mi mente, en el fondo era como si supiera que tenía todas las razones del mundo para pensar así. Extrañada, giré la cabeza con dificultad para inspeccionar mi entorno: era una habitación pequeña de paredes blancas y rugosas, sorprendentemente, a pesar de que la puerta estuviera cerrada, se sentía una leve corriente de aire frío que llevaba hacia mi nariz un olor raro y desagradable. Justo en frente mío había un televisor de modelo antiguo, una pequeña caja de cartón y un VHS.

Me tomé un par de minutos para ponerme en pie ya que me sentía débil, me acerqué a los misteriosos objetos y tomé en mis manos el VHS, se titulaba "El pasillo de los espejos mentirosos".

"Que extravagante" pensé, "¿Será alguna película bodrio de los años noventa?". Coloqué el VHS en la grabadora del televisor y presioné play. Como siempre he sido muy analítica, preferí no apresurarme en abrir la caja antes de estudiar el contenido del VHS, ir un paso a la vez era la manera más efectiva para salir de allí con vida.

Para sorpresa de nadie, Cathy apareció en el video, se hallaba sentada cínicamente en una especie de trono. "Rachel querida, me parte el corazón que nos hayas olvidado" empecé a sentir un peso en el pecho mientras Cathy mencionaba cosas cada vez más extrañas "Nosotros a tí te hemos extrañado mucho, sobre todo el pequeño idiota de Zack. ¿No lo recuerdas? Hay tantos aspectos de tí misma que desconoces... ¿Te crees digna de la vida que tienes? ¿Estás satisfecha? ¿Quieres saber por qué no logras sentirte feliz a pesar de tu patética vida aparentemente perfecta?" Empecé a sentirme bastante incómoda, perdí mi habitual calma interna pero luchaba por mantenerme serena, no entendía lo que me estaba pasando, el video continuó: "He preparado un juego para tí, para ayudarte... Bueno, claro que si pierdes el juego también perderás la vida" Cathy rió sádicamente "¿Dónde estaría la diversión si no? Bueno, habrás notado una pequeña caja en la habitación, dentro hallarás las respuestas a todas las preguntas que te han estado aquejando estas ultimas noches, puedes inspeccionarla todo lo que quieras, adentro está la llave para la puerta que ves y las próximas que verás" Acerqué la caja hacia mí, dudosa de abrirla "Ah y otra cosa, estaré monitoreando cada movimiento a través de las cámaras de peligro JAJA, ¡cámaras de seguridad claro que no son!" Aunque se rió de su propio chiste, este solo logró ponerme más incómoda, empecé a buscar la cámara de la que hablaba "Justo cuando termine de reproducirse esta cinta activaré un temporizador de 3 horas, es el tiempo que tienes para completar la prueba. Los cuartos en los que te encuentras están aislados de los demás, se encuentran impregnados de una sustancia altamente inflamable, así que tienes dos opciones: morirás consumida por las llamas o vivirás consumida por los recuerdos. Jaja ¿esta forma de morir no te hace sentir un Deja Vú? Buena Suerte"

El televisor se apagó inmediatamente después de acabada la cinta. Sentía la presencia de Cathy a través de la cámara ubicada cuidadosamente en una de las esquinas de le habitación, comprendí que ella no mentía puesto que todo el tiempo había percibido el olor de la sustancia inflamable que mencionó. Me dispuse a husmear en el contenido de la caja, aunque sentía que no quería hacerlo, era la única manera de sobrevivir... O bueno, ¿realmente lo que deseaba era sobrevivir? Pensándolo quizás eso no era lo que más me importaba, por raro que suene. Tal vez lo hice por la curiosidad, por las ganas de aclarar mi mente y mi pasado, por el entretenimiento que también suponía para mí someterme a este juego porque ganas de sobrevivir experimenté muy pocas.

Al abrir la tapa de la caja me encontré con un pájaro disecado, con sangre y visibles costuras en la zona que conecta al cuerpo y las alas, un frasco con dos ojos azules flotando en líquido y demás objetos que, aunque parecían completamente ajenos a mí, solo bastaba con observarlos para que un escalofrío recorriera mi columna.

Sentí una punzada en el pecho, no pude evitar preguntarme si los demás habrían contado con más suerte que yo ¿Cómo estarán ahora? ¿Cuáles serán sus "pruebas"?