Capítulo 12

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Observo como el frío viento roza su rostro logrando que su nariz se vea en aquel tono más rojizo. Sin embargo, más que molestarle parece aliviarle, como si esto fuera lo que necesitaba para volver a armarse de ese carácter que me atrapó de ella desde el primer día y como esperaba, no tardaría en mostrar.

—¿Qué tanto miras?

—Tú nariz. Eres rodolfo el reno.

—Recordaba que podías ser más original —sonríe ladino. Supongo que la preocupación me había invadido más de lo que imaginaba, pues aquella reacción en su expresión me da una sensación de alivio.

—Si bueno, puedo perderla cuando me hacen de salir de mi casa con esta temperatura en el ambiente.

—Tú quisiste que tomáramos un café.

—Tú decidiste que sería mejor beberlo en el parque en toda la intemperie y no en mi departamento —le debato.

—Me gusta aquí —bebe un sorbo de aquel café.— Me gusta sentir que puedo respirar.

—Siempre puedes respirar.

Ante mi acotación obtengo más de ella. Ahora me observa con intriga, como si quisiera ver más de mí, como si todo lo que estoy mostrando ahora no bastara. Quizás es su forma de buscar si puede confiar en mí o no. Noto que tiene la intención de ir más profundo y creo que me está poniendo a prueba.

—¿No lo notas? —pregunta tomándome desprevenido.

—¿El qué?

—Olvídalo —sonríe volviendo a su café. Supongo que no encontró lo que buscaba, pero soy alguien curioso.

—Noto que te gusta estar aquí a pesar del frío viento que transformó el color de tú nariz. Quizás puedes respirar porque hay más árboles provocando aquello.

—No es literal, Timothée. Está claro que siempre puedo respirar, de otra manera no estaría aquí.

—Bueno, no sé leer entre líneas. Sólo dilo —le animo.

Esa mirada vuelve a mí, la que busca profundidad, la que desconfía y espera no equivocarse si decide hablar más de la cuenta.

—¿Eso quiere decir que todo lo que dices es lo que realmente piensas? —cuestiona.

—¿Y no debería ser así?

—¿Por qué bebes un café conmigo aquí entonces? —vuelve a responder con una pregunta, y no una cualquiera.

—¿Y eso?

—Lo recuerdo —no aparta su mirada, lo que debo confesar, me tiene inquieto.— dijiste que me mantuviera alejada de ti, por mi bien. Más aquí estás, no tienes intención de alejarme realmente ¿o sí?

—¿Qué tiene que ver eso con leer entre líneas?

—Evidentemente no lo entiendes —mi pregunta bastó para que volviera a sonreír de esa forma curiosa y apartara su vista de mí.

—Harás que me duela la cabeza.

—Me gusta sentarme aquí, en este mismo banco, siempre. Observo a la gente que camina en dirección a sus casas o quien sabe a dónde y pensar en qué puede rondar por su mentes mientras lo hacen. Me gusta hacer ello, siento que vuelvo a ver a la gente como lo que es. Seres que por más que intenten aparentar, sienten, sienten en profundidad. Este mismo aire frío que dices golpea mi rostro me ayuda para recordarme que aún puedo sentir, que estoy viva, que respiro. No importa lo que pasó hace una semana atrás porque aún existen personas que buscarán esto, recordarme que hay más, que hay vida, que respiro. Tú fuiste este aire fresco ese día, y por eso vine a agradecerte —gira su cuerpo lentamente para observarme una vez más.— ¿Lo entiendes ahora?

Break the rules ~ Tom Holland, Timothée Chalamet & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora