Break the rules ~ Tom Holland, Timothée Chalamet & tú

Capítulo 11

La puerta principal de casa cierra, por lo que me levanto rápidamente de mi habitación y camino a pasos apresurados hacia la entrada.

—Primera vez que te veo tan emocionado por mi llegada —Emma bosteza tras soltar aquellas palabras.

—¿Hablaste con ella? —pregunto preocupado.

—¿Con quién? —frunce el ceño.

—Con t/n, ¿Hablaste con ella?

—¿Qué pasó con t/n? —ahora es ella quien expresa preocupación.— Tom, me estas asust...

—Se reencontró con Jeaness, tuvo una cri...

No alcanzo a terminar de completar la oración cuando mi hermana vuelve a voltear abandonando el departamento cruzando la misma puerta que acababa de cruzar hace a penas unos minutos. Genial, más tiempo para esperar saber algo de ella.

~

A veces superamos a una persona, superamos el amor que tuvimos hacia ella. La forma en la que la veíamos, los efectos que generaban en uno, la ilusión de volver a verles. Sin embargo, cuando una persona te daña profundamente ya no queda sólo olvidar aquellos sentimientos de amor, sino también aquellos que te dejaron en los lugares más oscuros. En lugares que pensaste que jamás habitarías porque... ¿Cómo va a existir gente tan mala? No es sólo verla a ella, es ver los demonios que dejó en lo profundo de mí ser, es ver las ganas de desaparecer de este mundo una vez más, es ver que no soy suficiente.

Abrazo mis rodillas y posiciono mi cabeza en la almohada. Mis lágrimas no tienen intención de cesar, sé que esta vez no se trata de una crisis, sólo de la tristeza profunda de notar el efecto que aún sigue teniendo su recuerdo en mí.

La puerta de mi habitación se abre con brusquedad, dejando que los destellos de las luces del pasillo alumbren un poco mi rostro. No me cuesta distinguir aquella silueta. La misma que ha venido hacia mí de esta y mil formas para salvarme, para buscar una manera de que este sentimiento me abandone.

Tal como lo imaginaba en cuestión de minutos la tengo recostada a mi lado acariciando mi espalda.

—Estoy aquí, y no me iré.

—Lo sé, gracias Emma.

~

—¿Puedes dejar de ver ese teléfono? —Kiernan pregunta irritada.— ¿Desde cuándo estás tan pendiente a la tecnología? ¿No que odias las redes sociales? No estás escuchando nada de lo que digo.

—Lo siento —bloqueo el aparato y lo dejo sobre la mesa.— ¿Qué me decías?

—¿Qué te pasa?

—Nada —miento. No me apetece contarle ahora lo que ronda por mi cabeza.

—Eres pésimo mintiendo —me observa molesta.— Mejor me iré.

—Kiernan, ahora te estoy poniendo atención —digo con algo de lástima.

—Sí, pero no quieres contarme qué te tiene así y soy tú mejor amiga. Creo que merezco saber que robaba tanto tú atención ¿Estas con alguien?

—¡No! —la corto en seco. El rostro asustado de aquella chica se cruza rápidamente por mí mente.

—Calma... no era necesario alterarse. Entonces, ¿Qué es? ¿T-tu madre te está dando problemas otra vez? —pregunta insegura.

—Está todo bien, tranquila. No es nada.

—Como sea. Si tú madre te vuelve a traer problemas no dudes en decirme.

—No es eso, no es mi madre. Tranquila, ¿si? —observo a Kiernan con cariño.

Kiernan ha estado en cada momento difícil que he tenido que atravesar. Pese a mis esfuerzos por llevar esa carga solo sobre mis hombros, tanto ella como Saoirse se han encargado de hacerme saber que no hay necesidad de pasar por malos momentos en soledad, pues cuando te apoyas de alguien más son un poco menos amargos.