Capítulo 1

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Observo al chico de reojo. Mi mandíbula se tensa al no obtener respuesta del otro lado de la línea. Llevo mi mirada hacia el oficial, debo pedirle una segunda oportunidad.

-Me han dado el mensaje que tiene el móvil ocupado ¿Puedo llamar a alguien más?

-Sólo un intento más -me advierte con seriedad.

-Gracias.

Mis ganas de expresar mi rabia son reprimidas por miedo ha obtener una sanción aún más grave. Vuelvo mi vista al teléfono público, y marco exactamente el mismo número.

-... ¿Si?

-Oh por dios, al fin contestas -digo dejando escapar aire por mi boca, liberando así un poco la tensión de la situación.

-¿T/n?

El oficial frunce el ceño, supongo que en señal de que debo hacer de esta llamada una bastante corta. Que molesto.

-No puedo hablar mucho. Estoy en una estación policial, no me creen que soy mayor de edad porque no traigo mi identificación y se han negado a buscarme en el registro que deberían tener -el rostro del policía expresa aún más su molestia. Supongo que mi miedo por una sanción más grave se ha esfumado tras soltarle todo eso a mi hermano.- necesito que vengas por mí.

-¿Qué? ¿Me estas tomando el pelo?

-No -golpeo mi pie contra el suelo en reiteradas ocasiones por la presión que comienza a generar el oficial.

-¿Qué hiciste?

-¿Vas a venir?

-¿Qué hiciste? -repite, esta vez en un tono más serio.

-Me acusan de robar, pero te prometo que todo esto tiene una explicación -mi mirada se va a aquel chico que se encuentra conversando con una de las oficiales.- ¿Puedes venir o no?

-Sí, dime en cuál te encuentras y estaré allí.

-Disculpe, ¿En cuál estación estamos?

El oficial ya irritado por mis acciones abandona mi lado. Me quedo viéndolo incrédula.

-En A203 -una de las personas que esperaba tras de mí por el teléfono me responde.

Volteo para agradecerle con una sonrisa.

-En la A203, te espero. Por favor, no tardes.

Cuelgo el teléfono en el lugar que pertenece para cortar la llamada y dar paso a las personas que siguen.

Camino en dirección a las sillas que poseen en el lugar para tomar asiento. En cuanto lo hago el chico que me ha metido en todo este problema, toma asiento a mí lado.

-Me parece que has irritado al comisario Barnes.

Le dedico una mirada poco gentil, y me limito a guardar silencio. Ya me ha dado suficiente dolor de cabeza como para tener que encima aguantar su extraño sentido del humor.

-Que mal educada -comenta con sorna al notar que no tengo intención de responder.- ¿Tus padres no te han enseñado modales?

-Creo que lo han hecho mejor que los tuyos -respondo seca.

-Wow -ríe.- esa sí estuvo buena ¿Escuchó señor Barnes? -el policía rueda sus ojos, y continúa con lo que sea que se encontraba haciendo.

-Te agradecería que no empeorarás mi situación.

-¿Puede empeorar? -pregunta divertido.

-¿Por qué no te vas? -llevo mi vista a él.- Te han dejado ir.

-Sólo estoy esperando otra de mis advertencias.

-¿Qué? -pregunto sin entender.

La oficial con la que se encontraba hablando se pone de pie.

-Timothée -le llama.

-Eso -me dedica una sonrisa.

Se pone de pie para acercarse al mesón donde se encuentra la mujer. Vuelven a intercambiar un par de palabras, hasta que, ella le entrega un pequeño papel.

El chico que ahora conozco como Timothée gira dentro de su mismo eje, para nuevamente dirigirse hacia mí.

-Toma -me entrega mi móvil. ¿En qué momento...?.-Vámonos, puedes irte conmigo.

-¿Por qué haría eso?

-Porque si te quedas aquí por mucho más, los oficiales cambiarán de opinión.

-¿Qué hiciste? -lo observo con notable desconfianza.

-Nada, sólo dije que había sido mi culpa -se encoje de hombros.

-¿Y no pudiste decirles eso desde un inicio?

-Me dieron tus advertencias a mí -ignora mi pregunta y señala el papel que le han entregado con anterioridad.- Ahora, si quieres tener el tuyo y manchar tus papeles...

-Vamos -me pongo de pie en un golpe, y comienzo a caminar en dirección a las afueras de la estación policial.

Él ríe a mis espaldas. Antes de alcanzar mi paso le grita a los oficiales despidiéndose de ellos.

-¿Por qué caminas tan rápido? -pregunta cuando me alcanza.

-Porque quiero salir de aquí.

-¿Y no pensabas esperar a quien permitió que pudieras salir?

-Estas loco.

-Ya veo, además de no tener modales, eres una mala persona.

Salimos de la estación, y decido pararme en seco. En cuanto lo hago el cuerpo de Timothée también se detiene. Volteo bruscamente para quedar frente a él, su pelo algo alborotado cubre sus ojos por un momento, pero luego deja ver su expresión algo sorprendida por mi actuar.

-Escucha, no puedes pedirme que te agradezca porque fue gracias a ti que estoy aquí en primer lugar.

-Lo acabas de hacer -su sonrisa a estas alturas no hace más que irritarme.

-¿Qué?

-Dijiste "no puedes pedirme que te agradezca porque fue gracias a ti..."

-Eso no es cierto -niego con mi cabeza.

-Lo hiciste -asiente burlesco. Vuelvo a negarlo- Como sea, ya debo irme. ¿Puedes moverte? -me mira hacia bajo, pues él es considerablemente más alto que yo.

-Con gusto.

Me ladeo para darle paso hacia la gran vereda en la que nos encontramos parados. Sin borrar la sonrisa de su rostro comienza a reconstruir su camino hacia... donde sea que vaya. Al notar que se va alejando me relajo, pero no tardaré en volver a tensarme, pues para mí sorpresa me llama.

-¡T/n! -sus ojos me ven de nuevo. Frunzo el ceño.

-¿Cómo sabes mi...?

-Te aconsejo no volver a cruzarte conmigo, te evitarás muchos problemas.

Break the rules ~ Tom Holland, Timothée Chalamet & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora