capítulo 16

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Había perdido la cuenta de las veces que había fantaseado con él en una infinidad de escenarios, sin embargo, jamás pensó que terminarían teniendo una especie de la cita de la nada. Que en realidad no era una cita, pero... ¿Era acaso pecado adornar un poco la situación?

—¿Vas a verla conmigo? —preguntó, preso del nerviosismo.

Desconocía si era normal que le temblasen hasta los dedos de los pies y empezaba a dudar de si se debía al terror que le provocaba la escena o el exceso de entusiasmo ante la repentina posibilidad de pasar la noche juntos. O al menos unas horas.

—¿Por qué era cara de sorpresa? —curioseó Minho entre risas, hundiendo los dedos en los bolsillos de su pantalón mientras avanzaban en el interior del centro comercial.

—Porque eres mi entrenador —contestó, como si fuese lo más evidente del mundo—, ¿no deberías estar regañándome porque mañana tenemos que madrugar?

El muchacho se dedicó a negar en un cabeceo, acentuando aún más su sonrisa, dándole a entender que había algo que sabía y él desconocía. La curiosidad fue difícil de soportar, pero consideró mejor opción ignorar los pequeños detalles y disfrutar de aquel inesperado encuentro. De crear un momento a su lado sobre el cual poder fantasear cada noche para conciliar el sueño.

—No me has respondido aún.

—¿Cuál es tu película favorita? —preguntó, como si no estuviese en su lista de "Cosas que le gustan a mi entrenador".

—Matrix.

Hyunjin hizo una mueca, rascándose la nuca después.

—Entonces creo que no te gustará.

Sin embargo, se equivocó por completo. Minho no acostumbraba a visionar películas de animación, tampoco aquellas con ese toque más suave y dulce. Pero esta tenía algo que captaba su atención, transportándole con facilidad al mundo que intentaba mostrarle. Y Hyunjin lo descubrió al instante, pues su expresión lucía mucho más relajada que de costumbre mientras devoraba su paquete de palomitas sin desviar la vista de la pantalla. Era una escena diferente, pero bonita, una de esas que se esforzaría por mantener en su memoria para siempre y ser capaz de revivirla una y otra vez.

Aunque hubiese deseado ser lo suficientemente valiente como para hundir la mano en el cartón y permitir que sus dedos se rozasen. Tal vez la tomaría y la envolvería en caricias hasta conseguir acercarse y apoyar la cabeza contra su hombro. Y entonces, solo entonces, y tras aspirar su delicioso perfume, se atrevería a mirarle a los ojos y confesar a través de un beso aquello que llevaba años callando.

Sin embargo, el que terminó por posar su vista en el otro fue Minho, observándole con una peculiar sonrisa en sus labios, como si estuviese escudriñando cada porción de su cara. Y eso logró poner de los nervios al menor.

—¿Qué? ¿Estás aburrido? Podemos irnos o buscar otra que...

—Te pareces a ese —señaló de repente, una vez Howl apareció en la pantalla, con su cabello oscuro y enfundado en el mismo atuendo que él llevaba.

Uno de los motivos por los que Hyunjin adoraba fantasear era porque podía ir preparado a situaciones como aquella y no perder oportunidades. Y, por supuesto, había imaginado en multitud de ocasiones cómo sería ver con él su película favorita.

Era el momento ideal para tomar las riendas de su historia.

—¿Y qué opinas de él?

La sonrisa del mayor se incrementó, tornándose un tanto juguetona mientras posaba la vista de nuevo en la pantalla, bajo la atenta y nerviosa mirada de su pupilo.

Under my skin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora