El amor está a la vuelta de la esquina, corre tu de ella, a mí ya me atrapó.
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¡Buen día! Quiero contarte muchas cosas, pero me da mucha pereza escribir tanto, tal vez y solo tal vez te las cuente cuando nos conozcamos, eso espero. Nada cuesta soñar en está vida.
Hades te manda saludos gatunos, hoy despertó muy meloso. Te entrego estás gomitas que tanto te gustan. (‾◡◝)
Ten un buen día en clases y en tu entrenamiento. Se que dentro de no mucho tendrán un partido de practica contra Nekoma, los gatitos contra los cuervos.
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De verdad que no paran de llegar y llegar cartas, desde que le contesto, se vuelve más dulce él chico. Deja regalos y muchos de ellos son dulces, dulces muy sabrosos, no lo niega.
Pero hay una parte en él que ya no quiere continuar con esto y solo dejar al pobre chico que se enamoro de él botado con sus cartas, ignorándolo por completo, pero algo dentro de él le dice que no está bien, además para que autoengañarse, le gusta sentirse así.
──¡Buenos días, Tsukki! ──saludo Yamaguchi.
──Buen día ──devolvió el saludo.
──¡Kei! ¿Ya llegó la carta? ──entusiasta preguntó Yoshiro.
──Si, y unos dulces. Él sabe que nos enfrentaremos a Nekoma próximamente ──declaró.
──Vaya, está al pendiente de todo. ¿No es raro qué lo sepa? ──señalo él pecoso.
──¡Yo lo sé! Es amigo de Hinata, los he visto hablar mucho ──reveló.
Tsukishima suspiró agotado por ello, mientras, Yamaguchi se sorprendió por tal información.
──¡¿Cómo sabes eso?! ¡Debiste haberle dicho a Tsukki sobre quien es él chico! ──regañó con furia.
──Él ya sabe, solo se hace él tonto, Kei se hace él difícil ──se burló.
Mientras ellos discutían, a su lado pasaron Haruki y Alex, este último con cara de asco. Ser testigo del amor que siente tú amigo por otro chico es frustrante, en cada conversación sale él ciego de Tsukishima, cada suspiro es por Tsukishima, cada mirada de amor es por Tsukishima, él pobre hombre debería cobrarle por estar en la mente del joven enamorado. Pero ni debe quejarse, le paso y le pasa de igual manera, Cupido es cruel.
──¿Sobre qué pelearan? ──preguntó.
──No sé ni importa, tenemos clases ──habló entre dientes.
──Ahora que tienes tú, andas malito o algo ──cuestionó molesto.
──Nada, no tengo nada ──soltó sin más.
Dejó atrás a su amigo sin dar explicación. Si, Cupido es cruel.
☆ ： ☆
Las clases ya habían acabado hace mucho y él se encontraba sentado en una banca, siendo iluminado por los últimos rayos del sol. Dibuja en su cuaderno con calma y sin prisa, esas tardes le dan inspiración para dibujar y plasmar su creatividad en un hoja de papel con ayuda de un lápiz.
Daba trazos, detalles por aquí y allá, borrones cuando algo no quedaba como quería, tan concentrado estaba que no se dio cuenta cuando dos personas se acercaron hacia él.
──¡Hola! ¿No te molesta si tomamos asiento aquí? ──preguntó amable.
──''¡Oh no, está justo frente a mí!'' ──pensó él pobre y con dificultad contestó ──. Para nada, adelante.
──Gracias, perdona que molestemos, pero ya tenemos mucha hambre ──río penoso aquel pecoso.
──¡Ja, ja, ja, ja! No es ninguna molestia, sería algo que también me pasaría ──contó entre risillas.
──Lindo dibujo, ¿tratas de dibujar a alguien? ──preguntó asombrado.
──¿Ah? ──Fue lo único que salió de su boca.
Observo con mejor detenimiento su cuaderno y casi grita del terror que le causo verlo, comenzó a dibujar al megane sin darse cuenta, terminaba de agradecer que no hay mucho detalle sobre quien es, ni un rasgo que ellos notaran que era de Tsukishima, eso quiere creer.
──Algo así, me deje llevar por un momento ──confesó.
──Aún así, dibujas muy bien, ¿Verdad Tsukki? ──expuso.
Si, Tsukishima, ¿Qué opinas al respecto sobre un dibujo que detalla tu belleza?
──Nada mal ──expresó sin mucho importancia.
La vida es dura y cruel. Solo esa vez hablo durante la tarde Kei, Yamaguchi fue quien más hablo con él, hablaron de la escuela, sobre el club de voleibol y arte. La tarde paso tan rápido que se dio cuenta cuando los dos cuervos se despedían de él, aclarando que fue solo Yamaguchi.
¿Hola? Corazón mío ¿Sigues intacto?
No estallo, su amor ──aunque él no lo sepa── estuvo cerca de él y no fallo en el intento de seguir normal. Tomo sus cosas y sin cuidado alguno las metido en su mochila, saco su celular y marco a sus mejores amigos para contarle lo que acababa de pasar, todo esto ocurría mientras corría a casa.
──¡Toru, Hajime! ¡No saben lo que paso hoy! ¡Tengamos reunión por videollamada!
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