Ꮺ ָ࣪ capítulo O4 𓂃

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–¿Cómo te fue en el viaje? – Sonrió tomando una galleta de jengibre. –Espero que hayas traído regalos o estarás en graves problemas.   

–Fui a trabajar, no a dar un paseo. – Rodó los ojos sosteniendo su taza de té. –Sí traje regalos, pero porque varios diseñadores me dieron "pruebas" de su talento~ algo así dijeron. – Movió su mano restando importancia a lo dicho.   

–Eres tan cruel. – Exclamó ofendida la rubia. –Yo siempre les traigo buenos regalos.   

–Revistas o fotos tuyas en traje de baño y vestuarios extravagantes no son buenos regalos. – Comentó el castaño soplando su taza.   

–¿Y tú de qué hablas, Haechan? Nunca nos haces una cena. – La rubia cruzó sus brazos. –Te haces llamar chef, pero no cocinas.   

–Soy chef ejecutivo, cariño. – Rio con superioridad. –Yo controlo la cocina sin tocar nada. Ese es mi trabajo.   

–¿Vinieron a demostrar quién es mejor o a escuchar lo que tengo por contar?   

–Yo vine por el chisme. – Dijo Lele encogiéndose de brazos. –Y por lo que sea que me des como regalo. Tengo que ir de compras, pero no he tenido suficiente tiempo.   

Jaemin asintió poniendo varias bolsas medianas en la mesas. –Para ustedes. – Señaló a los cuatro restantes. –Ahora sí, escúchenme.   

–Tienes mi atención, pequeño.   

–Gracias, Lele. – Sonrió aclarando su garganta. –Casi pierdo mi oportunidad de volver a presentar mis diseños por culpa de un infiel calenturiento.   

–¿Infiel? – Şahika ladeó su cabeza con la boca llena de pequeñas galletas de nuez. –No estarás hablando de Jeno, ¿o sí?   

–Por supuesto que no. – Resopló pasando sus manitas por toda la cara. –Una diseñadora, muy popular en Italia, se casó hace unos dos meses con un joven francés. El tipo es un playboy en toda la extensión de la palabra y para mi desgracia me lo presentaron en un almuerzo el primer día de mi viaje.   

–¿Qué pasó? ¿Te gustó? – Habló Ren jugando con su celular. –Pensé que estabas locamente enamorado de Jeno.   

–¡Lo estoy! – Exclamó mirando con furia al menor. –Y no me gustó, ni siquiera recuerdo su nombre. – Se sinceró. –El punto es que en un evento me vio; fue ahí cuando el idiota se acercó y me tomó de la cintura...   

–Aprovechado. – Murmuró el castaño limpiando el borde de su taza.   

–Pensé lo mismo. – Señaló a Hae. –Quise empujarlo y gritarle que me diera espacio, pero había cientos de cámaras, tuve que limitarme a sonreír. Aproveché su cercanía para murmurarle que me soltara o lo golpearía enfrente de todos por molestarme~ fue ahí cuando se puso bueno el asunto.   

–No me digas que el tonto se burló de ti.   

–Casi Lele, casi, pero no. Me alejó de todos para disculparse y blahblahblah hasta que su esposa llegó. La muy tonta pensaba que yo quería robarle el marido. – Rio haciendo su cabello hacia atrás con una mano. –¿Cómo ven ustedes eso?   

–Hay mujeres así, piensan que todos son malos cuando el verdadero lobo vestido de cordero lo tienen a un lado. – Comentó con simpleza la modelo. –Soy mujer, pero es estúpido culpar solo a una parte y menos cuando no se conocen los hechos como tal.   

–Y no los conocía. – Ironizó el rubio. –Hablé con ella, le dejé muy claro que no tenía ningún interés en su esposo. Es más, le dije que estaba casado y con tres hijos. – Suspiró antes de beber un poco de té. –Al final lo entendió, pero sabía lo que me esperaba después.   

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