✩ ¿𝘘𝘶𝘦 𝘮𝘪𝘦𝘳..? ✩

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Iván despertó, mareado y perdido, pero despertó

Estaba en su habitación todo sudado con el pelo revuelto y vestía solo su bóxer con una camiseta que le quedaba un poco ajustada

Miró a su izquierda y a su derecha repetidas veces, como si buscara algo, y algo encontró

Era una nota de Rodrigo que decía lo siguiente

"Hola ivi, cuando te despiertes avisame. Te deje un paracetamol y un paquete de capelettinis en la mesada para que comas

-Rodrigo ♡"

Sacó su teléfono y texteo un mensaje rápidamente. Se levantó con el teléfono en la mano dispuesto a cocinar el dichoso paquete de pasta

Sus ojos todavía estaban débiles y parpadeaba pesado. La cabeza le daba vueltas como si fuera un carrusel, se sentía realmente mal.

Su teléfono rugio en su mano. Número desconocido. Miró el dispositivo confundido, desconfiado contestó

- ¿Hola? - pronunció lento

- Hola, Iván - se escucho del otro lado

- ¿Alma? ya te dije que no quiero verte, ¿te olvidaste lo que me hiciste hace un mes o que? - le echó en cara a la chica

- No, escúchame - le ordenó

- Adelante, no creo que nada bueno salga de tu boca, pero vale intentar - se recostó contra el marcó de la puerta

- Marcos me terminó, era un mentiroso. Quería pedirte perdón, y si podíamos volver a intentarlo - dijo en un movimiento rápido

Marcos era el mejor amigo de Iván, hasta hace unos meses. Descubrió que estaba saliendo con su novia a sus espaldas, desde enero. Desde que se enteró lloraba todos los días. Su única ayuda había sido Rodrigo, que nunca le dejó echarse para atrás y lo sacó adelante

- ¿Es broma, no? - preguntó sarcástico

- No, quiero volver a intentarlo

- Bueno, quedate con las ganas entonces. Yo no voy a estar con la chica que estaba con mi "mejor amigo" a escondidas en vez de decirme que ya no le gustaba, adiós

Cortó la llamada, la rabia lo invadía y lo hacía retorserce

Pasos fuertes y firmes se sentían en el edificio mientras Iván se dirigía a la cocina. Tanto así que Rodrigo salió de su apartamento para tocar a su puerta

- ¡Iván! ¿Qué pasa? - abrió la puerta

- Nada - llenaba la olla de agua caliente

- A que adivino que pasó - le aseguró

- No vas a poder, porque no pasa nada - prendía la estufa

- Alma te llamó - se recostó contra el marcó de la puerta de la cocina

Iván lo miró incrédulo, sin saber que responder

- Le debería pedir perdón, fui muy grosero - ingirio un capelettini crudo

- No sé lo que le dijiste, pero lo que sea que allas dicho se lo merecía - le aseguro nuevamente

- No, ella me pidió disculpas y yo se las desprecie y la insulte, le voy a pedir disculpas.. MIERDA, me bloqueo - le pego a puño cerrado a la mesada

- Mejor, así no te destruyes más de lo que ya lo estás

- Tu tienes su contacto - se dio vuelta y lo miró

- Si, ¿por qué? - lo miró desconfiado

- Escríbele por mi, aún que sea un simple "hola", necesito escribirle.. - se pasaba las manos por la cabeza

- Iván, pero por supuesto que no

- Estoy muriendo por dentro, hazme ese último favor - se ponía la mano en el corazón y actuaba dolido

- No, vas a quedar peor. Es horrible por donde la mires, no vale la pena

- Vale MUCHÍSIMO la pena

- No, no la vale Iván. Superala de una vez - pasaba al lado de él, poniendo los capelettinis en el agua hirviendo

- ¿Pero y si se arrepiente de verdad? Yo la trate horrible hace unos minutos - movía las manos exageradamente

- No tiene corazón, no se puede arrepentír. Vos sos alto pibe como para dejar que te pisoteen así, vos sos mucho mejor que ella - revolvía la pasta con una cuchara mientras le palmeaba la espalda a Iván

- Le voy a pedir a Martín si le puede escribir, si tu no lo arás - tomó su celular y le tecleo a Martín

- Iván, no seas porfiado - dijo en un tono más molesto

Pasaron los segundos, Rodrigo revolvía los fideos e Iván usaba su teléfono

- Martín dijo que sí - una sonrisa notoria nació en su rostro

- No seas hijo de puta Iván. ¿Cuántas veces te tengo que decir que no? - tiró la cuchara a la olla y se cruzó de brazos

- No lo entenderías

- No, la verdad que no te entiendo - salió de la cocina enojado, pero sin que se notara

Se escuchó un portazo que hizo que las pertenencias de Iván se tambalearan. Y ahí fue el momento que se dio cuenta, no valía la pena

𝐋𝐀𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐌𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora