— ¿Nos vamos, Iv? — le agarró suavemente la mano a su novio.
— Tengo miedo — susurró.
— Germán no está aquí, cielo. Juro que estarás bien — le acarició la mejilla y le dejó un casto beso en la mandíbula.
— ¿Prometes no alejarte? — el alto lo abrazó de los hombros.
— Lo prometo, mi amor — le rodeó la cintura con los brazos.
Nicolas y Martin los observaban, sentados en el sofá de la recepción del hospital, esperando el taxi que los llevaría a todos a sus respectivas casas.
Los mencionados vestían un traje debido a que tenían que asistir al juicio de ellos contra Germán Usinger, o como le decían ellos, "el hijo de remil puta que le re cabio".
Iván se quedaría en la casa de Rodrigo hasta el momento, por su recuperamiento y por las ansias de los chicos de estar pegados como chicle.
— ¿Pueden dejarse de mimitos y besitos?, voy a vomitar brillitos — Martin se levantó del sofá y se acomodó la corbata.
— Déjanos en paz, andá a comerte a tu novio — habló Rodrigo, con la cara hecha una mueca, lo cual despertó la suave risa de Iván.
— ¡Holaaa! — una chica apareció detrás de ellos, junto a tres personas más. Eran Sam, Abril, Juan y tomas.
los chicos miraron a Iván detenidamente, sonriéndole y disimulando sus ojos cristalinos.
— ¿Cómo te sientes, Ivu? — Tomás se acercó al chico.
— Bien, me alegra verlos — les devolvió la sonrisa y se separó de su pareja para extender los brazos de par en par.
los chicos estaban confundidos.
— ¿Acaso quieres un abrazo? — dijo Juan.
— Si, ¿por qué no? — apenas termino la frase, todos se acercaron a abrazarlo.
Rodrigo se abrió entre los chicos y atrapó los labios del azabache en un dulce beso, llenándolo de pequeños besos por toda la cara.
— Ya nos tenemos que ir, hay que dejar que los pibes se hagan respetar — agarró a su novio de la mano y lo jaló levemente hacia adelante.
— Ya voy, Ro — agarró su valija y caminaron hacia la salida.
— ¡Chicos! — los llamó Nicolas a lo lejos, se dieron vuelta en ese instante — ¡Hay una sorpresa dentro de la valija!
—¡Nicolas! — gritaron todos a la vez, a manera de reclamo.
— Ush, bueno, no pude esperar tanto.
todos rieron.
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