𝘚𝘰𝘭𝘦𝘥𝘢𝘥 2

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A los días siguientes Iván todavía no aparecía

Rodrigo estaba desesperado, pero todavía cuerdo ante la situación. Sabía lo que tenía que hacer

Llamar a la policía, dirás. Pero la verdadera respuesta era

sus amigos

. . .

Rodrigo lloraba, lloraba mucho. Sentía que el mundo se le venía encima

Su voz armoniosa se había vuelto arisca. Parecía alma en pena

Sus amigos intentaron consolarlo, entre ellos, Germán

Trataba de convencerlo de que todo estaba bien, que él estaba en alguna parte del mundo y que pronto y muy probablemente volvería cuando le fuera posible, pero en su interior reía con maldad e imaginaba a Rodrigo en poses eroticas

La situación era sofocante, en pocas palabras

¿por qué?, se preguntó una y otra vez, sin obtener respuestas

¡Iba todo tan bien! ¿por qué ahora tenían que arruinarlo todo? ¿por qué no podía ser feliz por tan solo un segundo?

¿POR QUÉ TENÍAN QUE ARREBATARLE TODO?

Lágrimas de rabia, tristeza, culpa y un sin fin de emociones más rodeaban su cara con pesar mientras se acordaba de la última vez que lo abrazó, lo besó o simplemente escucho su risa

Sus amigos llamaban a la policía desde que se enteraron, sin obtener resultados al respecto

Estaban totalmente desesperados

. . .

-Vo'.. imbécil, te traje la comida de hoy- le pateo un plato con sobras a la cara

Iván no dio respuesta

Estaba desnudo, con golpes y quemaduras de cigarro por todos lados. Estaba débil, no había comido casi nada en los últimos días y no tomó más de medio litro de agua

Cerraron la puerta, cortando todo tipo de contacto con la luz del sol

Su plan había empezado

Se estiró a donde habían dejado sus cosas, entre ellas, su riñonera

Al parecer no eran tan listos como alguien llegaría a pensar. En su riñonera tenía su celular, probablemente tenía Internet ya que le había recargado a su tarjeta por una emergencia

Eran tan imbéciles, no se imaginaban lo que Iván era capaz de hacer.

𝐋𝐀𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐌𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora