☆ 𝘜𝘯𝘢 𝘵𝘢𝘻𝘢 𝘥𝘦 𝘤𝘢𝘧𝘦́ 𝘺 𝘶𝘯 𝘱𝘦𝘥𝘢𝘻𝘰 𝘥𝘦 𝘱𝘢𝘴𝘵𝘦𝘭 ☆

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Iván salió del auto acomodandose su riñonera, la cual era escondida por su robusta campera negra. Se puso al frente de la ventana del conductor para dirigirle las últimas palabras a Rodrigo antes de irse

-Si necesitas algo avisame, amor- ondeo la mano en una despedida rápida

-Si, rodri. Te espero en la peatonal después- metió la cabeza dentro de la ventana y le dejó un beso en el pómulo

-Te dejé una taza de café y un pedazo de pastel que cocinamos ayer para que llegues y comas algo. Chausito- arrancó el auto, dejando solo al pelinegro y sin una oportunidad de agradecerle

El alto caminó por el parque, esperando a que su acompañante llegara. Supuestamente quería hablar de unas cosas importantes con él y otra persona

Lo había sitado en el lugar más desolado del parque, pero él confiaba que no le iba a pasar nada. Estaba segurisimo de que su amigo no le haría nada

-¡Ivancito!- lo abrazó por detrás el de lentes

-Hola ger, ¿dónde está tu acompañante? - dio una sonrisa pícara al pensar que sería su pareja

-Va a llegar en un rato- frunció un poco el seño

-¿Vamos por un café para acortar tiempo?- le sobo el hombro en un gesto amistoso

A Germán se le notaba en la cara el arrepentimiento que sentía. Iván era un muy buen chico, hasta llegó a tomarle cariño. Pero había estado enamorado de Rodrigo desde hacía tanto tiempo que sería imposible contarlo. Y ya no había vuelta atrás

El plan era algo así:

Ya había sitado a Alma para que fuera con su "banda" para secuestrar a Iván. El pequeño Rodrigo estaría destruido al ver que su novio nunca llegó a casa después de eso y el de lentes lo tendría que consolar hasta que por fin se ganara su amor

Nada podía fallar

-Si, vamos- le sonrió con lástima

. . .

-Se está haciendo algo tarde, tengo que irme. Le prometí a Rodrigo cocinar algo decente para cenar- rió Iván por lo bajo

-Antés.. vamos para allá, para que por lo menos conozcas a la chica de la que te hablé - escondió una sonrisa macabra en su interior

-Oh, sí. Vamos- Iván tenía un mal presentimiento de lo que hiba a pasar, pero decidió confiar

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𝐋𝐀𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐋𝐌𝐀 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora